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Por Juan Guillermo Moreno
Casi siempre la primera pregunta que se hacen los compradores al averiguar por un vehículo que quieren adquirir es sobre su consumo. El ya famoso “¿y cuánto gasta?” es moneda corriente en las transacciones de venta que se hacen en los concesionarios e incluso cuando la compra es de un vehículo usado. La obsesión por el ahorro de combustible debido a su alto precio en nuestro país es una constante y los conductores se la pasan buscando técnicas de manejo para ahorrar gasolina en sus automóviles.
“Puede ser un carro pequeño como un Spark o un V8 como el Mustang, la gente siempre pregunta primero cuánto consume el carro. Es una preocupación constante. La gente incluso averigua que si le puede poner gas a carros que no bajan de 45 kilómetros por galón. Es una obsesión que tienen muchos clientes”, dice Álvaro Jiménez, asesor de una compraventa en el Centro Automotriz.
Una de las más utilizadas, y que funciona bajo la creencia de “entre más despacio más ahorro”, es el uso de los cambios más largos, es decir la cuarta y quinta velocidad a pocos kilómetros por hora, pensando que el motor va más descansado. Nada más erróneo, pues sí bien se ahorra combustible, el propulsor puede sufrir costosos daños.
El uso de la caja manual
Este problema de querer manejar más despacio pero gastándose toda la caja de cambios en una cuadra se da en los automóviles que vienen equipados con el selector manual de velocidades, pues este se gobierna única y exclusivamente a voluntad del conductor y es él quien decide cuando subir o rebajar las relaciones.
En los vehículos con cambio automático es casi imposible, pues este se regula precisamente con las revoluciones del motor sin que el conductor tenga que intervenir. Este tipo de cajas suelen venir incluso con un mayor número de velocidades, hasta 10 en algunos casos, lo cual redunda en un menor consumo por sí mismas: siempre van en el cambio adecuado y emitiendo el menor número de material particulado al aire. Esa es la prioridad de los fabricantes pensando en las cada vez más estrictas normas anticontaminación.
“Hay quienes tratan de emular el manejo de las cajas automáticas de forma manual, manteniendo el carro bajo de revoluciones, lo cual conlleva en muchos casos a un trabajo pobre y por debajo de las capacidades del motor, provocando un desgaste prematuro por acumulación de hollín producto de una mala combustión”, explica Guillermo León Zapata, mecánico en un taller multimarca.
Fíjese bien en el torque
En el manual de cada automóvil viene especificado cuál es el mejor rango de uso según las revoluciones del motor y por ende su mejor momento de trabajo, lo que significa la mejor entrega de torque, generalmente es entre las 2.000 y 3.500 vueltas, aunque esto no es exacto porque todo depende de las especificaciones del propulsor. Esto se traduce en un empuje constante sin que el motor se “cuelgue” o se sobre revolucione, porque el motor trabaja mal tanto por debajo del régimen ideal como por encima.
Marcha larga o vida corta del motor
Los cambios largos, como la cuarta, la quinta y la sexta velocidad son los que le dan un mejor desempeño al carro en terrenos planos y a alta velocidad. Estos no deben usarse por debajo de las dos mil revoluciones por minuto y hacer trabajar al motor en mínima. No le dé pereza o no crea que está ahorrando gasolina al no hacer el cambio, lo que está es subutilizando la máquina y forzándola al acelerar de nuevo para buscar potencia. Esta mala conducta produce fallos por las vibraciones que se derivan, lo cual produce desajustes prematuros, exceso de humo y en los motores Diesel, fallos en los sistemas anticontaminantes.
Al tratar de pasar un resalto o de arrancar en tercera velocidad sentimos que el motor hace un sobre esfuerzo y le cuesta bastante lograr un buen empuje porque las relaciones de la caja no están lo suficientemente acopladas para proporcionar potencia. Recuerde que para salir de la inmovilidad lo más aconsejable es poner la primera marcha, subir hasta las 3.500 revoluciones en promedio, conectar la segunda y así hasta la tercera marcha, que es un cambio intermedio.
“Y una última cosa, si necesita arrancar en loma o hacer un sobrepaso, no se asuste si tiene que forzar el motor o llevarlo por encima de las 4.000 revoluciones por un lapso corto, eso es saludable para la máquina porque para eso está diseñada”, aconseja Zapata. Aproveche mejor la potencia disponible y busque mejores y más sanas formas para ahorrar combustible.