Un estudio realizado por un equipo de investigación internacional desmiente la idea de que la inteligencia artificial pueda generar una adicción similar a las drogas o al juego.
Esta investigación fue realizada ante la creciente preocupación por el aumento del uso de chatbots de IA como ChatGPT y a la supuesta versión que aseguraba que esta herramienta puede causar adicción en los usuarios. El estudio, publicado en la revista científica Addictive Behaviors, fue realizado por expertos de España y Francia.
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Lo que hicieron los autores fue analizar investigaciones publicadas que han intentado medir el supuesto nivel de adicción que pueden ocasionar los chatbots. Al hacer esta revisión se encontraron que las escalas utilizadas para medir los rangos de esta afección habían sido copiadas de cuestionarios que originalmente evaluaban problemas con sustancias como el alcohol o la cocaína.
¿Por qué los chatbots no son considerados como adictivos?
“Se estaban utilizando criterios como ‘tolerancia’ o ‘síndrome de abstinencia’ para evaluar si alguien usa demasiado un chatbot. Es como diagnosticar adicción a bailar con los mismos criterios que a la heroína”, explica Víctor Ciudad, uno de los autores del estudio.
Una de las explicaciones que da la investigación sobre esto es que el “pánico” ante las nuevas tecnologías no es algo nuevo. Por ejemplo, cuando la radio y la televisión recién aparecieron, la prensa y expertos de la época advirtieron sobre la adicción a estos avances, pero sin tener aún evidencia científica.
Según este nuevo estudio, las investigaciones que han intentado demostrar la adicción a la IA no han mostrado pruebas de daño clínicamente significativo, deterioro funcional grave o consecuencias negativas importantes en la vida de los usuarios.
Lo que sí se identificó como un riesgo fue el hecho de considerar como enfermedad conductas que son normales. “Si todas las conductas en las que una persona está implicada pueden ser consideradas adictivas, entonces todo puede ser una adicción y el término pierde su significado”, asegura Ciudad.
La investigación advierte que asegura que ChatGPT es adictivo sin evidencia alguna podría ocasionar estigmatización hacia los usuarios, creación de tratamientos médicos innecesarios y la promoción de regulaciones infundadas. Por eso, una de las conclusiones del estudio es que lo importante es analizar en qué situaciones y por qué el uso de estas innovaciones tecnológicas se vuelve problemático.
El uso de chatbots es cada vez más generalizado. Según datos de ChatGPT, la IA de la compañía OpenAI, solo en marzo más de 600 millones de personas utilizaron esta plataforma para hacerle consultas, pedirle ayuda con tareas o generar imágenes. Desde 2019, el uso de chatbots ha aumentado en un 92%.