Con jornadas de descuentos como el Black Friday de este viernes 28 de noviembre, llegan también los riesgos digitales: estafas, fraudes en línea y suplantaciones que buscan vaciar cuentas personales con solo un clic, por eso es importante aprender cómo proteger su dinero.
“La banca digital responsable requiere que tanto empresas como usuarios estén al día sobre las amenazas”, comenta Abdul Assal, director de desarrollo de negocio para Brasil y Colombia en la firma Galileo Financial Technologies.
Desde la compañía, especializada en tecnología financiera, se comparten algunas prácticas útiles para proteger las finanzas personales durante esta temporada.
La primera recomendación es activar toda autenticación multifactor (MFA) que esté disponible. Si bien contraseñas y PIN siguen vigentes, ya no son suficientes. Aplicaciones de autenticación y mecanismos biométricos (como la huella dactilar o el escaneo facial) ofrecen mayor seguridad frente a ataques automatizados.
En segundo lugar, no confiar en los signos clásicos de fraudes. La inteligencia artificial ha vuelto casi indistinguibles los correos falsos y las llamadas simuladas, por lo que los expertos sugieren desconfiar de solicitudes inusuales, especialmente si vienen cargadas de urgencia, miedo o promesas.
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Otro punto clave son los sistemas de verificación adicionales en plataformas bancarias y de pagos. Aunque puedan parecer molestos, son mecanismos útiles para detectar transacciones inusuales. Galileo, por ejemplo, implementa modelos de autenticación basada en el riesgo (RBA) que permiten filtrar operaciones de bajo o alto riesgo sin entorpecer la experiencia del usuario.
Además, los usuarios pueden activar alertas personalizadas para detectar movimientos financieros sospechosos. Estas notificaciones, combinadas con herramientas de inteligencia artificial, permiten actuar rápido si se detecta actividad fraudulenta.
Finalmente, la precaución debe extenderse a las transferencias entre personas (P2P), especialmente cuando son solicitadas por redes sociales o mensajería. “Hay que tratar los pagos P2P como si fueran en efectivo: una vez enviados, desaparecen”, recuerda Assal.