Queremos que el presidente electo Iván Duque mantenga y le meta el acelerador al proceso de paz. En Bojayá antes había tres lanchas para las comunidades, ahora hay 40. La gente está sembrando su plátano y metiendo ganado. En las vacaciones vuelve gente que no venía hace 20 y 30 años. Poco a poco el Chocó se está reactivando. La salida de un actor armado tan decisivo en la región ha sido significativa y ya se ven asomos de progreso.
Desde que den oportunidades, estos pueblos serán de nuevo autosuficientes, como en el pasado. Presidente: no coma cuento, hay que mejorar y acelerar los acuerdos de paz.
La paz y sus acciones deben comenzar por quienes fueron —o fuimos— los más golpeados por los embates de la guerra. Bojayá ha mostrado caminos de resiliencia, el municipio donde más se votó el plebiscito, el 96 %. Así que es importante esta oportunidad de reconciliarse con la naturaleza. Ese contacto para disminuir la deforestación. Priorizar estos municipios es comenzar por el camino correcto. En la medida en que se incentive la paz en la periferia del país, en los pueblos golpeados por la violencia, en los que sufrieron tanto la violencia, hay un mínimo resarcimiento de las faltas y los olvidos, con una propuesta concreta y accesible al campesino.
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