Hay un impacto real de la reforma tributaria del 2014 en los resultados de las empresas en lo que va corrido del 2015. Y no solamente en lo relacionado al llamado impuesto a la riqueza, sino por otros gravámenes que aparecieron en las últimas reformas.
Es un impacto negativo que es difícil de medir o promediar, porque depende del manejo que le dé cada empresa.
El impacto, que es negativo, se puede ver de la forma como las compañías hayan reflejado ese impuesto a la riqueza y los otros pagos al Estado:
Si se presenta a través del estado de resultados sus utilidades se vieron reducidas, pero si se muestran a través del balance general no impactaron tanto su estado.
Pero hay una conclusión clara: independiente de cómo la compañía lo refleje, el impacto es negativo. Es un flujo de caja que sale de la empresa. No hay duda que la reforma tributaria está golpeando los resultados de las empresas.
Ante este nuevo escenario tributario, las empresas deberán volverse más eficientes, buscar nuevas alternativas de ingresos o aplazar decisiones de inversión para poder atender estas obligaciones.