Apolo fue una carrera espacial y tecnológica entre el modelo estadounidense, capitalista, y el modelo soviético, comunista. La ganó EE. UU., pero la pudieron ganar ellos.
El alto costo de la misión y la falta de apoyo de la ciudadanía americana que tenía serios problemas sociales por resolver: pobreza, equidad, guerra de Vietnam, llevaron a la no repetición de esa hazaña.
Apolo fue importante para entender cómo volar en el espacio cercano a la Tierra, cómo volar misiones extendidas de humanos con la estación espacial, cómo llevar carga a la órbita baja, cómo volar misiones extendidas de humanos con la estación espacial para luego ir a un planeta como Júpiter o Venus.
Ahora la Nasa se va a encargar de darle la oportunidad al sector privado de acceder al espacio con contratos para transportar cargas y tripulantes a la Estación Espacial y llevar carga robótica a la Luna.
La Nasa se centrará en los problemas más complejos: regresar a la Luna con tripulantes, de manera sostenida. Es decir, no será un Apolo, será una campaña de exploración lunar permanente, para luego usar la Luna como un paso o salida hacia Marte.
La meta para este siglo, se pretende que antes del 2050, es llegar a Marte con personas y regresarlas.