Descartada ya la reelección de alcaldes y gobernadores, 2015 será el último año de los actuales mandatarios locales, para culminar una gestión que esperamos sea beneficiosa para la región.
Su recta final coincide con un año electoral, que por la ley de garantías y los compromisos de transparencia que inspiran al alcalde de Medellín, Aníbal Gaviria, y al gobernador de Antioquia, Sergio Fajardo, traerá nuevas exigencias en materia de ejecución presupuestal.
En Medellín, el Concejo aprobó un presupuesto superior a los cuatro billones de pesos, inferior a la histórica cifra de 5,4 billones que manejó el municipio este año, por el ingreso de recursos extraordinarios por 1.4 billones provenientes de la fusión de Une-Millicom y las transferencias por los excedentes financieros de Empresas Públicas.
El 80 por ciento de estos recursos, o sea $2,9 billones, se destinarán al cumplimiento de las metas del Plan de Desarrollo 2012-2015, donde hay programas que requerirán un impulso adicional, como es el de la construcción de vivienda, al que se agrega el reto de la financiación y terminación de las Unidades de Vida Articulada (Uvas) y los programas sociales para avanzar en la lucha contra la pobreza, como Buen Comienzo, entre otros. La salud y la educación son los sectores que tendrán la mayor inversión, con 881 mil millones, el primero, y 454 mil millones de pesos, el segundo.
Queda la inquietud en torno al inicio del megaproyecto del Parque del Río, una de las banderas de esta administración y cuyo cierre financiero dependerá de la conformación por parte del Municipio, EPM e ISA, de la empresa ejecutora.
Otras urgencias de la ciudad en el campo de la educación, seguridad, inclusión y salud, y movilidad, recibirán la inyección prevista del Fondo “Medellín ciudad para la vida”, que precisamente tiene a su cargo el manejo de los fondos resultantes del negocio de la empresa de telecomunicaciones de EPM.
Entre esas obras que los habitantes esperan que dejen de ser proyectos para convertirse en realidad están los cuatro nuevos campus universitarios, el hospital en la comuna Nororiental y el inicio del tranvía de la 80.
Desafortunadamente, la misma venta de Une marcará en el balance de EPM del próximo año un descenso de casi un billón de pesos en su presupuesto, que asciende a 9.6 billones de pesos. La disminución prevista en los ingresos impactará el nivel de transferencias al municipio, las cuales se estima bajarán en 35.000 millones, al pasar de 1,032 billones a 997.518 millones de pesos.
Así mismo se presentará una disminución de la inversión de EPM de unos 550.000 millones de pesos.
En cuanto hace al Departamento de Antioquia, la prioridad está en la ejecución de los Parques Educativos, como parte de la inversión en Educación, principal bandera de esta administración y cuyo rubro tiene asignado más de la mitad del presupuesto total de 3.4 billones de pesos, tan solo un 1,4 por ciento superior al del año en curso. La salud, la seguridad y la infraestructura figuran también entre las prioridades de inversión.
Los presupuestos para el último año, si bien son generosos, parecen quedarse insuficientes frente a las necesidades de Antioquia y de su capital, pero el resultado que se obtenga tendrá que ser fruto de la eficiencia en el manejo de los recursos para culminar las obras prometidas en sus respectivos planes de desarrollo y que las gestiones de Aníbal Gaviria y de Sergio Fajardo tengan cierres exitosos, que no agreguen nuevas frustraciones a los habitantes de la región.