<img height="1" width="1" style="display:none" src="https://www.facebook.com/tr?id=378526515676058&amp;ev=PageView&amp;noscript=1">
x
language COL arrow_drop_down

¿Pensamiento de tribu o de país?

Volver al tribalismo separa y genera confrontación, en momentos en que se necesita tender puentes. Se requiere escuchar con empatía el entorno para encontrar los lazos y nortes comunes que nos permitan evolucionar a una sociedad.

¿Pensamiento de tribu o de país?
26 de octubre de 2020
bookmark
Infográfico

El surgimiento de Internet permitió la creación de una aldea digital universal con acceso y conectividad a conocimientos y conversaciones globales que generan una oportunidad exponencial de crecimiento social. Sin embargo, mientras se dan estos intercambios positivos se ha generado un ambiente confuso y caótico afectado por la falta de criterio para diferenciar entre información, desinformación, opinión y propaganda.

Otra consecuencia positiva de Internet es la democratización de los medios. Ya no existen barreras de entrada, como una rotativa o un sistema de distribución física; sin embargo, a medida que se desarrolla el ecosistema se entiende la realidad de los medios nativos digitales y se pierde la ingenuidad. Lo que hace al periodismo veraz e independiente no es la plataforma, son los valores. Ingenua la audiencia que lo crea distinto.

Es fundamental poner en evidencia que hoy las normas que rigen el derecho a la información, a la honra y dignidad, y a la libertad de expresión no están reguladas por igual en el ambiente análogo y digital. Los principios son permanentes y la aplicación de la ley debería ser transversal. Es una realidad mundial que la legislación sobre estos temas y los nuevos que surgen resultado de las posibilidades de los desarrollos en ciencia y tecnología está rezagada, dejando delicados vacíos para crecimiento de una era digital transparente, justa y ética.

El documental de Jeff Orlowski, The Social Dilemma (El Dilema Social), sienta una alarma sobre el peligro de las redes sociales y se basa en testimonios de expertos en tecnología que han sido protagonistas de la revolución digital. Sería una fortuna si las empresas que dominan las autopistas de la información tuvieran algoritmos neutrales, pero no es un secreto que su negocio son los ingresos consecuencia de la información inteligente que consiguen de los usuarios. Más delicada aún es la afirmación de Jaron Lancer, quien habla de un paso adicional: “El producto es el cambio suave e imperceptible en nuestra percepción de nuestro comportamiento”.

The Social Dilemma es una interesante producción que puso el tema en la conversación, aunque en sí misma tiene dos pecados que ella critica: en primer lugar, no reconoce los elementos positivos de la herramienta, y en segundo, no da voz a quienes hoy contradicen la hipótesis que centra su mensaje narrativo.

Desde otro ángulo están las consecuencias que las redes están causando en los individuos. Sería una fortuna este diálogo si no existieran cobardes que hablan desde el anonimato, ni manipuladores oscuros que crean y compran cambios de tendencias haciendo uso de cuentas falsas y robots. Si aquel individuo que conocemos y respetamos no se desdibujara tras un teclado entre adjetivos, estigmas e insultos que difícilmente tendría el coraje de sostener mirando a los ojos mientras delata con frecuencia su falta de coherencia. Adicionalmente, son pocas las personas que tienen la apertura para escuchar voces diferentes como ejercicio intelectual; por el contrario, se alimentan de aquello que reafirma sus creencias llevándolos a un pensamiento infértil, sesgado y radical. Cuando se entra en el terreno de los “ismos” se sale de la intención y se entra en el fanatismo, se pierde entonces la capacidad de reflexión, la cordura y la coherencia.

¿Nos estamos volviendo tribus? Es una realidad peligrosa porque nos separa y nos enfrenta cuando como país deberíamos estar construyendo puentes. La eternidad es un tema de creencias, pero la oportunidad de dejar una huella como generación transformadora de la sociedad es un lapso breve de tiempo. Si una sociedad que no es justa no es ética, según enseña la filósofa Adela Cortina, cada ciudadano debe ser un ente constructor, y no destructor, de su comunidad, debe hacer un esfuerzo consciente de salir del “yo con yo” intelectual, de ignorar o demeritar al opositor, por el contrario, escuchar con empatía el entorno para encontrar los lazos y nortes comunes que nos permitan evolucionar a una sociedad donde cabemos todos, equitativa, es decir, justa y ética. Debemos dejar el pensamiento de tribu y trabajar por el pensamiento de país .

El empleo que busca está a un clic

Te puede interesar

Las más leídas

Te recomendamos

Utilidad para la vida

Regístrate al newsletter

PROCESANDO TU SOLICITUD