En conjunto son escalofriantes los datos allegados por el profesor Ron Milo del Instituto Weizmann en Israel y sus colegas, acerca de la vida en la Tierra, información que puesta en el contexto de otros estudios recientes revela con creces el daño que le hemos hecho al planeta, amenazando incluso nuestra propia existencia.
La población humana ronda por los 7.600 millones, pero apenas representa 0,01% de la biomasa terrestre (la masa de las formas vivas) y sin embargo ha provocado, desde el albor de la civilización, que hayan desaparecido el 83 % de los animales silvestres, el 80 % de los mamíferos marinos, la mitad de las plantas o el 15 % de los peces.
Una extinción a cambio de ganado y aves de corral. El 70 % de estas no son las que vuelan libres en la naturaleza, sino que son aves de cría para consumo, mientras que 60 % de todos los mamíferos están representados por el ganado vacuno y porcino, quedando solo 4 % en estado silvestre.
La biomasa del ganado es 14 % la de los humanos.
“Espero que todo esto muestre a la gente una perspectiva sobre el papel tan dominante que la humanidad juega ahora en el planeta”, resumió el profesor.
La reciente reunión en Medellín de la plataforma mundial de la biodiversidad, Ipbes, recordó que a 2014, unos 1.500 millones de hectáreas de ecosistemas naturales habían sido transformadas para cultivos y menos del 25 % de la superficie terrestre había escapado a los impactos causados por la mano del hombre.
A los océanos están entrando cada año al menos 13 millones de toneladas de plástico según un estudio publicado en Science y el 90 % de la población humana respira aire contaminado.
En la atmósfera la concentración de dióxido de carbono (CO2) en la actualidad tiene niveles que el planeta no alcanzaba desde hace al menos 800.000 años, debido al consumo de combustibles fósiles principalmente.
Datos y más datos que cada día se nutren con nuevas investigaciones y que encuentran en el estudio de Milo y colegas la causa de los daños que sufre la Tierra.
¿Por qué si los humanos somos seres racionales, los únicos que hemos desarrollado una tecnología avanzada, actuamos como lo hacemos en desmedro del equilibrio de la naturaleza?
Olvidamos con facilidad que la vida ha evolucionado a lo largo de 4.000 millones de años y las especies que nos rodean se ganaron su espacio y que ellas, tanto como los recursos naturales de los que dependemos, han subsistido en un equilibrio que hemos alterado de manera no solo profunda sino acelerada.
Un informe del Foro Económico Mundial reveló que cada ciudadano del mundo desarrollado consume anualmente 28 toneladas de productos y materiales, siendo unas 12 las que demanda cada habitante de los países en desarrollo, una muestra del consumismo que, en últimas, altera nuestra relación con la naturaleza y el entorno en el que vivimos.
Tenemos que hacer una parada en el camino y reflexionar sobre nuestro comportamiento. El abuso a que estamos sometiendo al planeta traerá consecuencias negativas y serias a mediano y largo plazo, pero aún estamos a tiempo de actuar, de unir esfuerzos para detener el daño y, además, contribuir a la restauración, hasta donde sea posible, de los ecosistemas y la vida que hemos afectado.