La nueva normalidad ahora la tenemos en la piel. Los tapabocas se aferran con más fuerza a nuestras cotidianidades, los recipientes de alcohol y antibacterial se amoldan a nuestros bolsillos; los abrazos, los besos y los apretones de mano los hemos olvidado, y el encierro ahora es una orden.
La pandemia nos va a dejar una cicatriz honda, perdurable y, además, contada a través de la música, como agente cronista de esta época extraña que nos tocó vivir.
Las dificultades que ha traído esta situación a la música son muy complejas, de difícil solución. Muchos artistas han estado en ceros desde que todo esto arrancó hace más de un año, por ejemplo los conciertos se convirtieron en una pasarela no paga de talentos a través de las redes sociales y la materialización de la música se postergó para “cuando todo esto pase...”
Sin embargo, hace unas semanas, un acontecimiento que ocurrió en Barcelona nos despertó del letargo y nos avivó la ilusión de regresar de a poco a los eventos musicales en vivo. Todo gracias a la agrupación catalana llamada Love of Lesbian, ellos propusieron un show, un concierto para cinco mil fans en época de pandemia y lo lograron.
La propuesta encajó bien en los fans, los cinco mil boletos se agotaron en un par de horas. Este concierto se llevó a cabo en el Palau Sant Jordi de Barcelona en el marco de “Festivales x la Cultura Segura”. Para asistir, los seguidores tuvieron que hacerse una prueba de antígenos antes de entrar al recinto, que estaba incluida en el costo del boleto. Solo seis de cinco mil asistentes dieron positivo, y recibieron el reembolso de su entrada. Quienes resultaron negativos recibieron un código que validaba su entrada y una mascarilla FPP2 que debieron usar durante todo el evento.
En vez de tener una banda previa telonera, el teatro proyectó algunos videos acerca del covid-19 y al momento de iniciar la emoción se reflejaba en los ojos de cada uno de estos afortunados asistentes.
Todos cantaron bajo su tapabocas, en una melodía al unísono opacada por la tela protectora, pero con música en vivo, en frente, un total privilegio.
Al final solo hubo emoción y satisfacción por haber logrado un concierto que pasará a la historia, sin lugar a dudas.
Este show recibió el apoyo de la Fundación para la Lucha Contra el SIDA y las Enfermedades Infecciosas de Barcelona.
Fueron cinco mil personas cantando y disfrutando un concierto, sin contar el personal técnico y los músicos.
¿Qué opinan, será este el camino para enrutarnos de a poco al futuro de la industria?