El resultado de la Operación Agamenón lo califico como muy positivo: llegamos a la estructura superior del “clan Úsuga”. A sujetos como alias “Tierra” y alias “Torta”, que posaba de “ideólogo”. También al asesor jurídico que les ayudaba a evadir responsabilidades penales y tocamos el brazo del testaferrato que manejaban alias “la Faraona” y “la Jefa”.
Van decomisos de dinero efectivo por más de 5 mil millones, de 20 toneladas de droga, incautación de 147 bienes. Y cerca de 550 capturados. Ubicamos sus campamentos y desbaratamos algunos apoyos de la gente oprimida, que tenía necesidades básicas como el agua y la comunicación.
Abatimos a 12 integrantes, y hallamos 15 fusiles, una ametralladora y morteros. Una acumulación de poder, una amenaza relevante que se neutralizó. Afectamos su capacidad económica y su influjo sobre la población civil, pero el riesgo continúa. Es una culebra herida en la cabeza y no podemos descuidarnos.
Recibimos la información sobre estos supuestos patrullajes de hombres de la organización en zona de San José de Apartadó. La valoramos. La comunidad allí, y en cualquier parte del territorio (veredas y corregimientos), debe tener certeza de que llegaremos con policías y soldados, para proteger su vida e integridad.