Es preciso señalar la inoportunidad de la propuesta de una reforma arancelaria en el escenario económico y social actual del país, caracterizado por un amplio déficit de las cuentas fiscales y externas, de bajo crecimiento económico, de deterioro social y de eventual postconflicto.
Pretender que el avance manufacturero de los países emergentes se debe a ajustes como la reducción de aranceles y no al desarrollo de políticas económicas estructurales serias y a fuertes inversiones de los países en su desarrollo para lograr competitividad es, simplemente, un exabrupto.
Lo que se pretende es soslayar la responsabilidad para el desarrollo del país por parte del Estado a través de propuestas de reforma. Este tipo de propuestas recuerdan la época de los 90 cuando se eliminaron las licencias previas y se redujeron sustancialmente los aranceles, como plantea la presentación en cuestión, pero los gobiernos hicieron poco o nada en materia de política de desarrollo.
La propuesta del Ministerio de Comercio, Industria y Turismo para avanzar en una nueva reforma arancelaria es altamente inconveniente e inoportuna para el país..