Una gestión tan prolongada da para evaluaciones de todo tipo, pero es esencial resaltar la preocupación permanente por proteger la empresa, su integridad y mantener el valor de la “Cultura Metro”, con el valor y el arraigo que tiene no solo en los habitantes del Valle de Aburrá sino de Antioquia.
Muchas de las decisiones tomadas fueron en la búsqueda de salvaguardar la solidez de esa entidad y su permanencia futura.
Se plantean como retos la integración definitiva del Metro como articulador del Sistema Integrado de Transporte Masivo, por demás multimodal y que cada vez más avanza hacia al servicio intermunicipal y a conectarse con otras formas de transporte colectivo. Se hace necesario que el Metro se afiance como rector y tutor de todos los demás sistemas que lo rodean.
En ese sentido se necesita que sus modelos en el sistema metro de caja y recaudo únicos, mediante la Tarjeta Cívica, se adapte a los operadores de las cuencas y de la Etmva.
El Metro debe decirle al país que un sistema de tan alta calidad y oferta es insostenible solo con tarifas. Requiere subsidio del Gobierno Nacional, un complemento financiero, porque si no será, en un plazo no muy largo, deficitario y limitado para crecer y modernizarse.
