Estamos convencidos de que los compromisos existentes no son suficientes para limitar el aumento de la temperatura global promedio a 1.5 grados centígrados. Los eventos extremos climáticos como las grandes inundaciones y las largas sequías son más recurrentes e intensos en toda la región y son las causantes de los mayores impactos económicos en América Latina y el Caribe.
En Colombia, estamos cumpliendo con la tarea de adelantar un trabajo directo con los sectores que albergan fuentes de emisión de gases efecto invernadero para la actualización de nuestra NDC para el 2020, y establecer el potencial real de reducción de dichas emisiones y su integración con la restauración de nuestros territorios.
Hemos establecido la plataforma Renare, el sistema para el monitoreo y reporte de las contribuciones de todos los sectores, con el fin de dar cumplimiento a nuestra meta de reducción de 36 millones de toneladas de emisiones de CO2 de acá al 2022.
En el marco de la Coalición de mitigación propuesta por Chile, nuestra apuesta para 2050 es alcanzar la carbononeutralidad, logrando para ello un balance cero en nuestras emisiones netas.
Colombia está formulando una estrategia hacia 2050, la cual presentaremos en la COP26, donde el rumbo del país estará enfocado en las transformaciones necesarias de acá a 2050.