Al manifestar que la Rama Judicial le va a colaborar al presidente de la República en su empeño por la paz, el actual presidente de la Corte Suprema de Justicia está vislumbrando lo que se viene con el postconflicto, en el que el papel de la Rama es fundamental. Y nos parece muy importante que se muestre esa disposición de ánimo por parte de los judiciales, que nos tenemos que preparar para dichos fines, que no son fáciles, pero hay que hacerlo.
Cuando se dice que “el derecho no debe ser un obstáculo para la paz”, eso hay que entenderlo en el contexto del ordenamiento jurídico colombiano. Las normas deben permitir que la paz en este país sea un hecho, teniendo en cuenta también el ordenamiento internacional y los parámetros que se han observado en otros procesos de conflicto.
Las ramas del poder público son independientes en nuestro país, pero deben trabajar armónicamente. Y si lo hacemos por mandato constitucional para otras tareas, con mayor razón debe hacerse para el posconflicto y la construcción de la paz, que son un derecho y un deber.
Por lo tanto, hay que analizar lo dicho por la Corte Suprema de forma razonable, dentro de la filosofía de nuestra Constitución.