La decisión que al final tomó, era del fuero interno del general Palomino. Y creo que esa determinación fue acertada, pues al hacerse a un lado facilita el desarrollo de las investigaciones, nunca podrá ser acusado de tratar de interferir en ellas. Ahora va atener tiempo para dedicarse a su defensa, y ojalá le salga bien.
La Policía es una institución jerarquizada, piramidal, donde todos aspiran a llegar a la cúspide, y hacen méritos para llegar a ese objetivo. Hay que trabajar muy duro y mostrar resultados. No se puede decir que haya una “guerra del codo” de los unos contra los otros. A la cúpula llegan los más capaces, en el camino puede haber desacuerdos, pero no guerras fraticidas.
Contamos con una Policía Nacional centenaria, desarrollada, con excelentes resultados, con una historia llena de altibajos y problemas, pero que ha logrado consolidarse, con gran profesionalismo. Como institución, no necesita reformas ni ajustes. El problema que tiene es que algunos hombres perdieron el norte, pero esos son problemas personales. Para el posconflicto, Colombia y el Gobierno necesitan una Policía unida con las Fuerzas Armadas, en el Ministerio de Defensa, no sería inteligente crearle fisuras. Los miles de de policías decentes deben ahora ponerse a las órdenes del nuevo director.