Así como hay un grupo cada vez mayor de colombianos dedicados a hacer pedagogía civil frente al proceso de negociación con las Farc, y de ser posible con el Eln, es necesario que esa guerrilla continúe la tarea de explicarles a sus frentes los contenidos de las negociaciones y los acuerdos.
Es un ejercicio comprensible, con protocolos muy claros para que una situación como la de Conejo no se vuelva a presentar. No justifico para nada ese episodio, pero sí me pregunto por qué los medios no denunciaron, en su momento, el proselitismo armado que hicieron paramilitares y parapolíticos en tantas regiones de Colombia.
A lo que no hay que ponerle Conejo es al proceso de paz, ni por parte de las Farc ni del Gobierno ni de la ciudadanía. No podemos permitir que situaciones como esta nos arrebaten la posibilidad de salir de un conflicto de casi 60 años.
Sí hubo un error por parte de los integrantes de la delegación de las Farc con lo ocurrido en Conejo, pero es parte de lo que va a ocurrir en el país. Fuimos a un acto de memoria del cura Camilo Torres y no pudimos llegar a Patio Cemento, porque hubo una movilización de víctimas, claro, pero también de paramilitares de la zona. Es la Colombia compleja que enfrentará el proceso de paz en los territorios.