La ideología de género afirma que no se nace hombre o mujer, si no que la identidad sexual es el fruto de una construcción cultural. Por eso establece que se “debe empezar por deconstruir la idea de que solo existen dos sexos, y abrir la posibilidad de entenderlos más allá de lo que históricamente se nos ha enseñado”.
De esta manera la ideología de género, con el pretexto del derecho a la inclusión, pretende imponerse como la única fórmula válida de convivencia. En esta coyuntura, no podemos menos que recordar las enseñanzas del Papa Francisco según las cuales “la ideología de género niega la diferencia y la reciprocidad natural de hombre y de mujer. Esta presenta una sociedad sin diferencias de sexo, y vacía el fundamento antropológico de la familia. Esta ideología lleva a proyectos educativos y directrices legislativas que promueven una identidad personal y una intimidad afectiva radicalmente desvinculada de la diversidad biológica entre hombre y mujer”.
Lamentamos que la Corte Constitucional y ahora el Ministerio de Educación, estén abusando del derecho para promover la ideología de género en los más variados ámbitos de nuestra sociedad. Aún tenemos presente cómo se tergiversó la definición constitucional de la familia, para imponer un modelo no previsto en el ordenamiento superior.