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Columnistas | PUBLICADO EL 03 agosto 2020
Orgullo colombiano en vacuna de Oxford
Por Elbacé Restrepoelbaceciliarestrepo@yahoo.com
Me encanta poder contarle al país que hay colombianos de oro en el exterior haciendo cosas extraordinarias por la humanidad. Gloria Calderón es una de ellas, antioqueña para más señas, que desde hace varios años maneja la Unidad de Investigación Windsor.
¿Y eso qué, o qué? Desmenucemos...
La Unidad de Investigación Windsor en Cambridge, Inglaterra, es una de las instituciones más importantes del Reino Unido dedicadas a la investigación, con un amplio portafolio de proyectos exitosos de alta calidad en investigación, realizados para entidades académicas, de salud y asociaciones farmacéuticas de todo el mundo. La Unidad forma parte del NIHR, Instituto Nacional de Investigación para la Salud y pertenece a la Fundación Cambridgeshire y Peterborough, que es una de las tres entidades en salud mental de más alto nivel en el país. Para sus investigaciones ha conformado un grupo de colaboradores estratégicos con los cuales trabaja permanentemente en investigaciones multidisciplinarias. Uno de esos colaboradores es el Oxford Vaccine Group, que pertenece a la universidad de Oxford, el grupo investigador, científico y médico que viene desarrollando la vacuna contra la covid-19, ¡casi nada! Y Gloria coordina y lidera este equipo conformado por veinte profesionales de la salud, entre médicos, enfermeras y personal administrativo ¡Que suenen tambores!
Su nombre completo es Gloria Cecilia Calderón Álvarez, la menor de una familia amorosa de catorce hermanos. Se formó como psicóloga clínica de la Universidad de San Buenaventura, con varios cursos en su currículo, como uno de investigación, uno de management y otro de liderazgo en Londres. Desde hace más de veinte años reside en Cambridge, Inglaterra, y trabaja en el principal hospital de esa ciudad. Es alegre, extrovertida, tomadora de pelo, modesta y solidaria, un sol de verano que no se cansa de estudiar para ser cada día mejor. Una mujer enamorada de la vida y querendona de su familia, que lo da todo de sí para ayudar a los demás, un don heredado de sus padres. ¿Recuerdan al sacerdote Carlos Alberto Calderón, que murió en Kenia cuando ejercía su apostolado en ese país? Pues Gloria es su hermana y mamaron de la misma teta. Por eso no dudó en ofrecerse como voluntaria para trabajar en la búsqueda de una solución a esta tragedia mundial y, gracias a su “perrenque”, su dedicación y su disciplina, fue elegida como líder y coordinadora de este grupo. Lástima grande que el papel no estire, para contarles los pormenores de su trabajo, pero todo apunta a que los resultados son muy positivos y, aunque ella sabe que aún es pronto para cantar victoria, no pierde la fe.
Y yo tampoco. Algún día, el nombre de Colombia aparecerá junto al de esta monita que, ahí quien la ve tan flaquita, pone todo su esfuerzo para que este grupo compuesto por miles de personas entre pacientes voluntarios, científicos, médicos y paramédicos que pasan sus días entre muestras de sangre, anticuerpos, seguimiento, reacciones y alto riesgo de contagio, pueda entregarle al mundo la noticia más esperada de los últimos tiempos, con un poco de miedo, es posible, pero con la bandera de la esperanza izada en lo más alto. Gloria Calderón es hoy un gran orgullo colombiano, que busca sin pausa el alivio para tanto sufrimiento causado por el coronavirus.
