Los últimos años están siendo especialmente turbulentos para el fabricante estadounidense Boeing. Primero, por el dolor de cabeza con su 737 MAX 8 tras dos accidentes en Indonesia y Etiopía que costaron la vida de 346 personas, y ahora con el 737 MAX 9, luego de que una ventanilla explotara durante un vuelo de Alaska Airlines, lo cual hizo eco en el mercado y llevó a la compañía a perder US$13.000 millones de valor bursátil.
Pese a un ligero repunte ayer, las acciones de Boeing se desplomaron esta semana tras el inconveniente en el vuelo de Alaska Airlines el viernes, en tanto el regulador estadounidense puso la lupa sobre el 737 MAX 9 y exigió la revisión de 171 aeronaves.
Piezas flojas
Los hallazgos hasta ahora son impresionantes. United Airlines encontró pernos sueltos y problemas de instalación en el mecanismo de cierre de la puerta de este modelo, del cual posee 79 aeronaves.
En el mismo sentido, Alaska Airlines dijo que en su momento los técnicos que revisaron los 737 MAX 9 encontraron algunos componentes flojos. También precisó que no volará más estos ejemplares hasta tanto no estén revisados en su totalidad.
El efecto se ha sentido incluso en Latinoamérica, y es así como la panameña Copa Airlines suspendió la operación de 21 Boeing 737 MAX 9 para su revisión técnica; igualmente, Aeroméxico dejó en tierra todos los aviones de esa familia.
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El coletazo se ha extendido a Turkish Airlines, mientras que Icelandair informó que sus aeronaves de este grupo no tienen las características especificadas por el regulador estadounidense para llevarlas a revisión, por lo que seguirá operándolas con normalidad.
La situación tiene altamente preocupadas a esas compañías porque cada segundo que pasan en tierra son millones de dólares que dejan de percibir; como suelen decir en la industria, los aviones son rentables solo cuando están en los aires y el resto del tiempo significan costos.
Así es el 737 MAX 9
Sobre la aeronave que tiene bajo la lupa a Boeing, hay que decir que cuenta con una longitud de 42,2 metros y una altura de 12,3 metros. Está diseñada para transportar entre 180 y 220 pasajeros y fue lanzada en el 2017 con la promesa de maximizar la rentabilidad y eficiencia para las líneas aéreas (ver infografía).
De la reciente polémica, Boeing apuntó que sigue en estrecho contacto con sus clientes y con la Administración Federal de Aviación de Estados Unidos (FAA) sobre las inspecciones requeridas. “Como parte del proceso, estamos realizando actualizaciones basadas en sus comentarios y requisitos”.
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A medida que los operadores avanzan en las averiguaciones, dijo, se mantendrá en estrecho contacto para abordar cada uno de los hallazgos. “Estamos comprometidos a garantizar que cada avión Boeing cumpla con las especificaciones de diseño y los más altos estándares de seguridad y calidad”.
Por ahora, Boeing sigue en el ojo de la tormenta, y esto se suma a que el año pasado estuvo por debajo de Airbus, su máximo rival, en términos de entregas de aviones. En Colombia, aerolíneas como Wingo, Avianca o Latam sirven rutas con aeronaves del fabricante norteamericano, aunque Airbus domina el mercado.