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El Fondo Nacional de Garantías no es un banco. No presta recursos directamente, pero sí debe cumplir un papel fundamental en esta crisis: generar confianza al sistema financiero para que las empresas e independientes accedan al crédito a través de los canales de financiamiento tradicionales.
De los 14 billones de pesos que está llamada a respaldar solo 13,18 % se han convertido en desembolsos, lo que significa 1,8 billones de pesos en 31.855 necesidades de crédito. Su enfoque busca garantizar el pago de nómina de las empresas, el capital de trabajo y la sostenibilidad de los independientes (ver Gráfico).
Así lo confirmó Iván Darío Ruiz, vicepresidente comercial y de mercadeo del Fondo, durante el webinar organizado por la Asociación Nacional de Empresarios de Colombia (Andi); escenario en el que anunció la posibilidad de engrosar las cantidades para respaldar a independientes, pasando de 1 billón de pesos a 1,2 billones, las líneas de capital de trabajo en 2 billones (llegaría a 5 billones), y un billón específico “para alcanzar al micro empresario que no tiene liquidez (...) y las líneas no están operando como queremos”.
Sobre el uso de recursos, Ruiz pidió paciencia para que estos puedan tener un avance significativo en el tiempo, dado que solo se han puesto a disposición desde hace cuatro semanas.
Y hay un indicador más. Las solicitudes de beneficios alcanzan los 8,57 billones de pesos, en lo que va del programa.
Según Asobancaria, un asunto relevante de la interpretación de estos números es que con estos recursos por este valor implica que “se ha hecho uso del 74,45 % de los recursos, donde se destaca la línea de capital de trabajo con el 91,27 %, en nóminas el 69,29 % y en la línea de independientes el 75,59 %”.
Un asunto importante tiene que ver con el acceso al crédito para empresas que venían en procesos de reorganización. “Tenemos algunas dificultades, pero hemos querido entender que las compañías se deben reinventar, muchos no pueden seguir sobre las líneas de antes”, aclaró Efraín Forero, presidente de Davivienda.
El panorama se ensombrece para sectores que dependen de salir para reactivarse y de, incluso, apoyos específicos del Estado, explicó Forero: “Es razonable que existan estas quejas, pero siempre podemos evaluarlas y encontrar un camino razonable”.
Por su parte, Esteban Gaviria, vicepresidente de banca corporativa y de gobierno de Bancolombia, explicó que en las aprobaciones de crédito juegan factores como la volatilidad en los mercados, el acceso a liquidez de los bancos a plazos largos, así como la posibilidad de decantar la capacidad de pago futura y de gestión del riesgo del cliente.
“Mecanismos, como los del FNG sí hacen más expedito el proceso de conocimiento del riesgo del cliente y toma de decisiones”, dijo Gaviria, aunque explicó que el tratamiento con empresas en procesos de reorganización ya tienen una “dinámica legal propia de esa condición, y como parte de acreedores no tenemos margen de maniobra (...) ahí tenemos ciertas restricciones”.
Francisco José Mejía, presidente Banco Agrario, agregó que “la mayor cobertura de los recursos del FNG se da en empresas que traían un desempeño aceptable, y estas, así estén afectadas, deben presentar un flujo de caja de recuperación”, el reto es cambiar la mentalidad de los agentes de riesgo, en función de las nuevas realidades.
Al final, Bruce Mac Master, presidente de la Andi, concluyó que en este terreno hay muchos retos: “Ojalá puedan tener un apoyo adicional del Gobierno, y que los costos de esta cuarentena se repartan mejor”.