En épocas de incertidumbre y de poco crecimiento, historias como las de Quimicolor son un bálsamo que ayudan a ver con esperanza el futuro económico del país. Esta empresa, con sede en Guarne (Antioquia), se convirtió en la única empresa en Latinoamérica que produce telas no tejida (Spunlace) con tecnología de punta y la más alta velocidad para la producción de paños húmedos.
Y logros así, solo son posibles gracias a las crisis. Daniel Mendivil, director de compras de Quimicolore hijo de su fundador y presidente Antonio Mendivil, asegura que el punto de quiebre se dio en la pandemia, en ese momento se dieron cuenta de que la dependencia que tenían de Asia no era buena para su negocio, y solo de ese lado del mundo podían traer la tela para hacer los pañitos húmedos que fabrican. Quimicolor es la maquila de Little Angel, la marca propia del D1.
Luego de la pandemia, las cosas fueron empeorando, en el mundo entero se hablaba de la crisis de los contenedores y el comercio internacional se encareció como nunca antes: “Traer un contenedor costaba más que la tela que traía dentro, y nosotros teníamos que traer 30 contenedores cada mes”, recuerda Daniel.
Entérese: ¡Llegó la fecha límite para declarar renta! Todo lo que necesita saber para cumplir con la Dian
Y no solo era la incertidumbre de que la materia prima sí llegara, y de los altos costos, sino que se quedaban sin flujo de caja, pues la tela la tenían que pagar al hacer el pedido, así llegara tarde a su destino.
Entonces, empezaron a buscar soluciones, vieron que no solo ellos estaban importando es tipo de telas, sino que era una necesidad de la industria colombiana y del resto de la región. Así que se embarcaron en un proyecto que al fin vio la luz el viernes ante representantes del sector y medios de comunicación: invirtieron en su propia maquinaria para la producción de telas. Esta decisión permitirá transformar radicalmente su modelo de negocio.
Entonces, empezaron a buscar soluciones, vieron que no solo ellos estaban importando es tipo de telas, sino que era una necesidad de la industria colombiana y del resto de la región. Así que se embarcaron en un proyecto que al fin vio la luz el viernes ante representantes del sector y medios de comunicación: invirtieron en su propia maquinaria para la producción de telas. Esta decisión permitirá transformar radicalmente su modelo de negocio.
La Andritz, es la mejor máquina del segmento con la que se fabrican telas Spunlace con tecnología de punta, y es tal su magnitud que ocupa una planta de 2.600 metros cuadrados, y en realidad está compuesta por elementos franceses, españoles e italianos. La máquina completa cuesta 7 millones de euros, y la compra fue posible gracias al Banco Francés, que concedió un crédito más barato.
Con esta novedosa máquina, Quimicolor es la única empresa de América Latina que puede fabricar telas no tejidas, que se elaboran a partir de fibras sintéticas y naturales, que se “tejen” a punta de presión de agua. Estas telas sirven también para la fabricación de gasas quirúrgicas.
Quimicolor quedó con capacidad para producir más de 10.800 toneladas al año de tela no tejida en rollo, pero actualmente solo requiere de 3.600 toneladas para sus propias líneas de producción, lo que le proporciona un amplio margen para atender el mercado de la región. Mejor dicho, podría ser proveedor de quienes hasta el viernes fueron su competencia.
El mercado para ello existe, pues en la región se importan desde Asia 40.000 toneladas de dicha tela. Por lo que Daniel hace cuentas con que pronto no darán abasto, y por qué no, sea necesario comprar otra máquina.
Las cuentas les favorecen: por cada contenedor que se importa de materia prima, la compañía paisa puede fabricar el equivalente a tres contenedores de tela, dando oportunidades en el mercado colombiano y en las Américas para evitar la importación e impactando así en un 30% los costos de fletes y un 10 % más de impuestos en el producto final.
Aunque el mercado existe, aún no tienen los clientes, pero no eso no ha sido impedimento para planear el futuro: “Ya compramos dos lotes, aquí al lado de la planta, para construir ahí las bodegas en las que almacenaremos la tela de los clientes que hoy no existen. Porque uno no puede salir a vender sin estar preparado”, anota Daniel.
Y es que como dice Antonio Mendivil: “Hoy en día, los resultados de esta decisión son evidentes, hemos logrado independizarnos completamente de Asia en lo que respecta a la adquisición de nuestra materia prima principal. Esta autonomía no solo ha fortalecido nuestra cadena de suministro, sino que también nos ha posicionado de manera ventajosa en el mercado, asegurando la calidad y disponibilidad constante de las telas esenciales para la fabricación de nuestras toallas húmedas”.
Para este segundo semestre del 2024, Quimicolor presupuesta ventas con un crecimiento del 25% frente al año anterior y un aumento del 30% en empleos directos, incrementando, tanto la mano de obra, como la automatización.
Lea también: “Estoy preocupado por la disponibilidad de gas en Colombia”, CEO de Smurfit Kappa para Colombia
