A la Federación Nacional de Cafeteros le preocupa seriamente el impacto que se pueda tanto en la estabilidad de la oferta mundial de café, como el equilibrio entre oferta y demanda.
El frío que congeló los cultivos de café Brasil en el 2021 regresó de nuevo este año y amenaza con reducir la producción del grano y subir su precio en el mundo.
Este evento climatológico se suma al de hace un mes con las sequías y verano en Vietnam, que disparó el precio del café en la mayoría de los países productores y compradores.
Ahora el doliente es Brasil, el mayor productor de café del mundo, que tiene en vilo los precios del café arábica en la Bolsa de Nueva York, después de que se reportaran leves heladas en algunas zonas y se aumentaran las preocupaciones sobre la oferta.
Los operadores también están atentos a la posibilidad de una nueva ola de frío en el país sudamericano esta semana.
Según Bloomberg, los precios de contratos a futuro subieron hasta un 7%, la mayor alza desde el 9 de julio. Durante el fin de semana, hubo heladas en el sur de Brasil, pero las temperaturas no bajaron lo suficiente como para dañar los cultivos de caña de azúcar, café o pequeños cereales, según Michael McDougall, director gerente de Paragon Global Markets.
Es decir, los precios del café arábica, el más popular con el 60% de la producción mundial (frente al 30% del robusta), se dispararon y sorprendieron al mercado.
Para Bloomberg, este aumento es uno de los mayores del año y se debe a las heladas en el sur de Brasil que amenazaron la producción durante el fin de semana. Aunque por ahora los cultivos no han sufrido daños por las bajas temperaturas, la amenaza ha generado una gran preocupación en los mercados.
Se espera que el frío regrese esta semana a los estados meridionales de Rio Grande do Sul, Santa Catarina y Paraná. Pese a que esto parece no representar un gran riesgo para las zonas productoras de café, la volatilidad del mercado mantiene a los operadores atentos a las condiciones meteorológicas para evaluar los riesgos y posibles daños.
“La mínima ocurrencia de heladas en partes de Cerrado/Alta Mogiana fue suficiente para despertar nuevos temores sobre la oferta”, comentó Thiago Cazarini, presidente de Cazarini Trading Co, a Bloomber. Y agregó: “Ya estamos en un ambiente que no puede permitirse errores en la producción”.
Las heladas se suman al estrés causado por la sequía en Brasil, que ya amenaza con afectar la producción del próximo año. Además, cualquier lluvia antes de la helada podría provocar una floración prematura que podría no sobrevivir si no hay lluvias posteriores, según Judith Ganes, presidenta de J. Ganes Consulting, con sede en Nueva York, como lo reportó a este medio especializado.
Ante esta contingencia, Germán Bahamón, gerente de la Federación Nacional de Cafeteros de Colombia, expresó solidaridad con los productores de café en Brasil “que están enfrentando las severas heladas que han afectado sus cultivos”.
A renglón seguido, detalló que estos fenómenos extremos, exacerbados por el cambio climático, les recuerdan a los caficultores la creciente vulnerabilidad del cinturón productor de café alrededor del mundo.
“Nos preocupa seriamente el impacto que estas adversidades puedan tener no solo en la estabilidad de la oferta mundial de café, sino también en el equilibrio entre oferta y demanda. Un desbalance significativo en el mercado podría afectar negativamente el consumo mundial, y es fundamental que la comunidad internacional se una para mitigar estos riesgos y trabajar en la sostenibilidad de la industria”, alertó el dirigente gremial.
Por eso, dijo que los cafeteros en Colombia asumirán el mayor riesgo y es necesario encontrar una alternativa para proteger al único eslabón indispensable de la cadena.
La preocupación de Bahamón se da porque Brasil produce el 35% de todo el café del mundo. Entonces, si hay problemas, esto acabaría con un déficit de suministro en el mercado mundial. Al margen del país latinoamericano, el resto de grandes productores están al otro lado del mundo. Por ejemplo, Vietnam produce cerca de 1,5 millones de toneladas métricas, frente a los 2,7 millones en Brasil.
Por lo tanto, según El Economista, este país, que domina la producción de café robusta con un 40%, ha sido duramente afectado en los últimos meses por problemas climáticos. Su producción ha caído a su nivel más bajo en 13 años debido a la falta de lluvias, lo que ha causado daños irreversibles, de acuerdo con la empresa Volcafé.
Además, la alta inflación y los costos de transporte aumentados por los problemas en el estrecho del Mar Rojo debido a los ataques de los hutíes, ya estaban provocando un déficit en el mercado.
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