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Arrancó 2022 y Colombia pone alto el listón económico: quiere lograr un crecimiento cercano a 5% y apuntarse como uno de los líderes de América Latina en la materia. El país, de hecho, habría dado la sorpresa en 2021, pues a falta de datos oficiales el Gobierno estima que el Producto Interno Bruto (PIB) se expandió 9,7%; incluso el presidente Iván Duque no descarta que el dato haya sido mayor.
El análisis de expertos es sencillo, si bien el generoso crecimiento del año anterior permite igualar y hasta superar los niveles de actividad productiva previos a la pandemia, la tarea ahora es mantenerlo. Un dilema de vieja data que plantea que el país debe sostener un nivel de PIB en torno al 4%.
¿Se logrará? Como se ven las cosas hoy, 2022 sería un paso en esa dirección. Organismos internacionales, centros especializados y tanques de pensamiento ya hicieron sus apuestas. La Ocde es la más optimista, piensa en un crecimiento de 5,5% este año; Davivienda Corredores es el más moderado y avisora un 3,4% (ver Gráfico).
En todo caso, hay una tendencia interesante. Entre quienes actualizaron su perspectiva del PIB colombiano, prácticamente todos lo hicieron al alza. Los casos más significativos son los de la propia Ocde, que hizo un ajuste de 3,5% al 5,5% mencionado, y el del Banco de la República, que cambió de 3,9% a 4,7% su proyección.
Hace poco el ministro de Hacienda, José Manuel Restrepo, se refirió a todos estos interesantes datos y referenció una publicación del diario The Economist, según la cual Colombia es el país con mejores cifras de reactivación en el mundo.
“Esto es una demostración de confianza en nuestra economía, pero también de la capacidad de resiliencia que tienen los colombianos. Le estamos demostrando al mundo de qué somos capaces”, dijo Restrepo.
Los que impulsan
Pero, ¿cuáles serán las recetas para sostener esa dinámica? Centros especializados tienen claro que el consumo privado, la inversión y la construcción serán determinantes este año.
Davivienda Corredores recuerda, por ejemplo, que “el consumo de los hogares es el principal determinante del gasto en la economía” y representa algo más de dos terceras partes del PIB, con lo que será decisivo. Pero aunque este rubro crecerá un 3,3% en 2022, advierte que ese comportamiento será similar a la débil dinámica previa a la pandemia, cuando se expandía a una tasa de 3,6%.
Allí coinciden el grueso de firmas que se han atrevido a dibujar el 2022 de la economía colombiana. Argumentan que la subida de tasas de interés por parte del Banco de la República y una inflación elevada desestimularían el endeudamiento de los colombianos y eso, a su vez, le quitaría ritmo al gasto de los hogares.
Como “la turbina del consumo pierde potencia” las fuentes de crecimiento se diversificarán, y es así como Corficolombiana ve en la inversión privada en el país y las exportaciones una fuente de crecimiento.
El equipo de investigaciones económicas de esa firma espera que una vez pase la incertidumbre política este año debido a las elecciones, la inversión privada recuperará velocidad y terminará 2022 representando un 20,1% del PIB. Entre tanto, dice que las exportaciones crecerán 13% favorecidas por un buen precio de materias primas y la superación de obstáculos de producción en el sector minero energético.
Ahora, la construcción no se quiere quedar atrás. Luego de un 2021 histórico en términos de vivienda, el que se habrían vendido más de 240.000 unidades nuevas, 2022 podría marcar otro récord.
Analistas de Davivienda esperan que la construcción de edificaciones crezca 10,8% impulsada por la venta de vivienda nueva y las entregas de residencias programadas para el año. Además, prevén un incremento de 7,9% en obras civiles, que estaría respaldado por programas de infraestructura de carreteras. Como resultado de ello, todo el ramo observaría un importante crecimiento de 9%.
Aumento de precios, riesgo
Como todo, 2022 no solo traería noticias económicas favorables para Colombia, también tiene sus retos, primordialmente en desempleo, retiro de estímulos tributarios y precios de los bienes y servicios afectados por la coyuntura internacional.
“Seguiremos viviendo tiempos inusualmente inciertos, debido a varios motivos. Para empezar, la pandemia no ha finalizado, y no se pueden descartar nuevas olas de contagio que afecten la economía”, explica a través de un documento Juan Pablo Espinosa, director de Investigaciones Económicas de Bancolombia.
El experto recuerda que también hay nubarrones externos. “En particular, el aumento de los precios como resultado de una coincidencia inusual de choques y de cambios de oferta y demanda inducidos por la pandemia ha dado al traste con la tendencia de baja inflación que imperó en el mundo desarrollado después de la crisis de 2008”.
Agrega Espinosa que en el ámbito interno la principal amenaza tiene que ver con política, específicamente por las elecciones que vivirá el país en el primer semestre, las cuales pueden llevar a que se moderen las decisiones de gasto.
A su turno, BBVA Research advierte que la recuperación de empleo moderará su crecimiento en los años siguientes y que la informalidad laboral se podría profundizar. Además, para la firma a finales del año el desempleo urbano se ubicaría en 13%.
Con todo este contexto, la economía colombiana afronta un 2022 en el que tiene todas las miradas puestas, pues promete ser uno de los motores de Latinoamérica luego de dos años complejos por la pandemia de Covid-19.
Como lo ha dicho el Minhacienda Restrepo, la tarea es que el crecimiento se vea reflejado en empleo, en un momento retador con más de 2 millones de personas desempleadas.
Arrancó 2022 y Colombia pone alto el listón económico: quiere lograr un crecimiento cercano a 5% y apuntarse como uno de los líderes de América Latina en la materia. El país, de hecho, habría dado la sorpresa en 2021, pues a falta de datos oficiales el Gobierno estima que el Producto Interno Bruto (PIB) se expandió 9,7%; incluso el presidente Iván Duque no descarta que el dato haya sido mayor.
El análisis de expertos es sencillo, si bien el generoso crecimiento del año anterior permite igualar y hasta superar los niveles de actividad productiva previos a la pandemia, la tarea ahora es mantenerlo. Un dilema de vieja data que plantea que el país debe sostener un nivel de PIB en torno al 4%.
¿Se logrará? Como se ven las cosas hoy, 2022 sería un paso en esa dirección. Organismos internacionales, centros especializados y tanques de pensamiento ya hicieron sus apuestas. La Ocde es la más optimista, piensa en un crecimiento de 5,5% este año; Davivienda Corredores es el más moderado y divisa un 3,4% (ver Gráfico).
En todo caso, hay una tendencia interesante. Entre quienes actualizaron su perspectiva del PIB colombiano, prácticamente todos lo hicieron al alza. Los casos más significativos son los de la propia Ocde, que hizo un ajuste de 3,5% al 5,5% mencionado, y el del Banco de la República, que cambió de 3,9% a 4,7% su proyección.
Hace poco el ministro de Hacienda, José Manuel Restrepo, se refirió a todos estos interesantes datos y referenció una publicación del diario The Economist, según la cual Colombia es el país con mejores cifras de reactivación en el mundo.
“Esto es una demostración de confianza en nuestra economía, pero también de la capacidad de resiliencia que tienen los colombianos. Le estamos demostrando al mundo de qué somos capaces”, dijo Restrepo.
Pero, ¿cuáles serán las recetas para sostener esa dinámica? Centros especializados tienen claro que el consumo privado, la inversión y la construcción serán determinantes este año.
Davivienda Corredores recuerda, por ejemplo, que “el consumo de los hogares es el principal determinante del gasto en la economía” y representa algo más de dos terceras partes del PIB, con lo que será decisivo. Pero aunque este rubro crecerá un 3,3% en 2022, advierte que ese comportamiento será similar a la débil dinámica previa a la pandemia, cuando se expandía a una tasa de 3,6%.
Allí coinciden el grueso de firmas que se han atrevido a dibujar el 2022 de la economía colombiana. Argumentan que la subida de tasas de interés por parte del Banco de la República y una inflación elevada desestimularían el endeudamiento de los colombianos y eso, a su vez, le quitaría ritmo al gasto de los hogares.
Como “la turbina del consumo pierde potencia” las fuentes de crecimiento se diversificarán, y es así como Corficolombiana ve en la inversión privada en el país y las exportaciones una fuente de crecimiento.
El equipo de investigaciones económicas de esa firma espera que una vez pase la incertidumbre política este año debido a las elecciones, la inversión privada recuperará velocidad y terminará 2022 representando un 20,1% del PIB. Entre tanto, dice que las exportaciones crecerán 13% favorecidas por un buen precio de materias primas y la superación de obstáculos de producción en el sector minero energético.
Ahora, la construcción no se quiere quedar atrás. Luego de un 2021 histórico en términos de vivienda, el que se habrían vendido más de 240.000 unidades nuevas, 2022 podría marcar otro récord.
Analistas de Davivienda esperan que la construcción de edificaciones crezca 10,8% impulsada por la venta de vivienda nueva y las entregas de residencias programadas para el año. Además, prevén un incremento de 7,9% en obras civiles, que estaría respaldado por programas de infraestructura de carreteras. Como esultado de ello, todo el ramo observaría un importante crecimiento de 9%.
Como todo, 2022 no solo traería noticias económicas favorables para Colombia, también tiene sus retos, primordialmente en desempleo, retiro de estímulos tributarios y precios de los bienes y servicios afectados por la coyuntura internacional.
“Seguiremos viviendo tiempos inusualmente inciertos, debido a varios motivos. Para empezar, la pandemia no ha finalizado, y no se pueden descartar nuevas olas de contagio que afecten la economía”, explica a través de un documento Juan Pablo Espinosa, director de Investigaciones Económicas de Bancolombia.
El experto recuerda que también hay nubarrones externos. “En particular, el aumento de los precios como resultado de una coincidencia inusual de choques y de cambios de oferta y demanda inducidos por la pandemia ha dado al traste con la tendencia de baja inflación que imperó en el mundo desarrollado después de la crisis de 2008”.
Agrega Espinosa que en el ámbito interno la principal amenaza tiene que ver con política, específicamente por las elecciones que vivirá el país en el primer semestre, las cuales pueden llevar a que se moderen las decisiones de gasto.
A su turno, BBVA Research advierte que la recuperación de empleo moderará su crecimiento en los años siguientes y que la informalidad laboral se podría profundizar. Además, para la firma a finales del año el desempleo urbano se ubicaría en 13%.
Con todo este contexto, la economía colombiana afronta un 2022 en el que tiene todas las miradas puestas, pues promete ser uno de los motores de Latinoamérica luego de dos años complejos por la pandemia de Covid-19.
Como lo ha dicho el Minhacienda Restrepo, la tarea es que el crecimiento se vea reflejado en empleo, en un momento retador con más de 2 millones de personas desempleadas
Aunque mermará, el consumo privado seguirá liderando el crecimiento económico de Colombia. Por el lado de la inversión externa y la construcción también habrá importante dinámica.