En esta entrevista habla de cómo se dio el proceso que derivó en el anuncio de esta semana junto a Grupo Sura, y envía un mensaje a quienes creen que el denominado GEA se acaba: “Lo que estamos haciendo es una nueva etapa en una película que tiene hoy 46 años, porque yo espero que tenga 100 o 200 años”.
Además, habla de lo que viene para Argos: “Las compañías han venido avanzando en la preparación para estar listas en un listamiento no solamente en Nueva York, sino en cualquier bolsa internacional”.
Encuentre: ¡Fin del GEA! Así será el desenroque entre Sura y Argos
¿Cuándo se comienza a pensar en descruzar las acciones con Sura?
“Ese es un proceso que viene desde hace bastante tiempo y había algunas iniciativas que estudiamos durante un número plural de años, alrededor de cuál era la evolución natural de estas compañías. Si ustedes recuerdan, en la estructura societaria y la arquitectura de negocios que tenían las empresas que se denominaban del Grupo Empresarial Antioqueño (GEA), ha habido procesos de transformación a través de los años. En un momento determinado había cruces accionarios entre Bancolombia y Argos, entre compañías de textiles con compañías del sector industrial, y esto se fue ordenando, en una primera etapa se fueron ordenando conglomerados, uno enfocado en alimentos, uno en infraestructura y materiales de construcción y uno en servicios financieros.
Posteriormente empezamos a mirar alternativas de transformación y evolución e indudablemente en los últimos tres años se impuso una dinámica y yo diría que unos catalizadores que aceleraron este proceso. El resultado que estamos viendo hoy es el proceso de un estudio juicioso, muy detallado y de la convicción de que es la mejor arquitectura y la mejor estructura societaria para estas organizaciones de cara a un mundo cambiante, a unos mercados de capital que hoy tienen unas visiones diferentes a las que tenían hace 46 años y que eso nos va a permitir llevar estas organizaciones a un nuevo nivel de crecimiento”.
Antes de ahondar en el acuerdo que se logró, ¿hubo otras opciones en el camino, o quizás inversionistas que se les acercaron?
“Sí. El proceso de evaluación que llevó al anuncio que hicimos el miércoles de hacer esta operación mediante una figura que se llama la escisión por absorción, estuvo acompañado de un proceso muy juicioso, digo yo de años, pero especialmente en los últimos tal vez 18 meses con el acompañamiento de asesores internacionales y locales, en aspectos estratégicos, financieros, jurídicos y societarios que permitieron evaluar tal vez siete alternativas distintas. Entre ellas, la fusión de las compañías y que se escindieran nuevamente para que quedaran especializadas, o una permuta de acciones, o la venta de una participación minoritaria en una de ellas o que hubiera unos procesos de transición; se evaluaron muchas alternativas desde la óptica de unos principios y valores que queríamos mantener como pilares fundamentales innegociables. Y esos principios, digamos, llevaron a la conclusión no solamente a los asesores, a la administración y a las juntas, de que esta era la mejor alternativa posible para el cumplimiento integral de todas esas condiciones”.
Explíquenos los alcances del acuerdo y cuáles son sus bondades.
“El mecanismo seleccionado se llama escisión por absorción y consiste, si uno lo quiere poner en términos prácticos, fáciles y entendibles más allá de la complejidad financiera o jurídica que pueda tener una operación de esta naturaleza, en que básicamente Grupo Argos va a entregar a sus accionistas, a través de esta figura, lo que ya tenían, es decir, una participación en una compañía que tiene unos negocios de infraestructura, cemento, energía, concesiones e inmobiliarios y tenía dentro de sí misma una participación en Grupo Sura.
Lo que hace esta figura al final es que esa porción del patrimonio se le entregue a los accionistas. Así, el accionista va a tener entonces una acción de Grupo Argos dedicada exclusivamente a los negocios de infraestructura y va a tener una fracción, porque es un producto matemático de unas divisiones de acciones, de Grupo Sura. Entonces, el accionista al final va a tener exposición en igual valor a los dos negocios, pero de manera independiente. Eso es muy importante desde la óptica de uno de los principios fundamentales y era la equidad y la no transferencia de riqueza entre grupos de accionistas o digamos compañías. Esto lo que garantiza es precisamente que nuestros accionistas quedan directamente con la exposición al negocio de infraestructura y al negocio de servicios financieros”.
El jueves, luego del anuncio, el mercado reaccionó positivamente y las acciones de Sura y Argos aumentaron de precio. ¿Cómo analizan esto?
“Ha sido muy bien recibido y valorado. Efectivamente, la reacción del jueves fue muy positiva en las acciones. Yo sigo creyendo que hay todavía mucho espacio entre el valor que hoy tienen las acciones con el valor fundamental de las organizaciones. El mercado lo que está reconociendo es una cosa que era un principio que nos llevó a proponer esto. El inversionista hace 46 o 50 años que nace este mecanismo de propiedades cruzadas veía en la compra de una acción de una compañía como Grupo Argos la exposición simultánea a varios sectores de la economía, infraestructura, materiales de construcción, los servicios financieros.
Eran casi lo que se denominan proxys a unos sectores empresariales muy importantes de la economía colombiana. El mercado evoluciona, los inversionistas evolucionan y quieren hoy simpleza y diversificarse ellos mismos a su mejor criterio, quieren decidir estar en infraestructura o quieren decidir estar en servicios financieros o quieren estar en los dos, pero son ellos los que quieren tomar la decisión. De manera que, a diferencia de unos hace unos años, cuando la opción de diversificación a través de un vehículo era muy importante, hoy esa opción ha perdido atractivo, y el inversionista quiere poder invertir directamente. Eso hace precisamente que este tipo de operaciones que simplifican y que separan los negocios sea muy bien recibido por el mercado”.
¿Es esta movida la definitiva para darle el valor oculto que estas compañías merecen?
“Creo que es un catalizador muy importante, desde luego lo es y ha sido muy bien recibido, pues los comentarios de los analistas y de los inversionistas son muy positivos y celebran este paso precisamente porque permite una mejor formación del precio de cada una de las dos compañías. Y tiene otro efecto muy importante, y es que en la medida que estás organizaciones se focalizan en su negocio van a traer un público inversionista que antes no participaba en estas compañías, precisamente porque estaban cruzadas las participaciones accionariales, y eso va a derivar en dos efectos. El primero, un mayor apetito por la organización, que seguramente hará subir el precio, y segundo, va a tener también una mayor liquidez, producto no solamente de esa cantidad de inversionistas que van a llegar, sino del mayor flotante que van a tener las acciones en la medida en que no hay accionista controlante, sino que prácticamente todas las acciones de los 24.000 accionistas de estas organizaciones empiezan a fluir libremente. Ese flotante más la nueva demanda va a tener un efecto que esperamos sea muy positivo”.
¿Cuál es el mensaje para quienes, con nostalgia, ven en esta operación el fin del GEA?
“Yo arranco por respetar los sentimientos. Y diría con toda la convicción es lo siguiente: lo que estamos haciendo es una transformación para llevar a estas organizaciones a un nivel superior. Es una nueva etapa en una película que tiene hoy 46 años, porque yo espero que tenga 100 o 200 años. Lo que han sido estas organizaciones está caracterizado más que por cuántas acciones tiene una compañía de otra, es por la forma de ver el ejercicio empresarial, por la forma de entender que es con una mirada hacia el impacto positivo que estas organizaciones generan en la sociedad.
Hablamos de compañías basadas en Colombia, basadas en Medellín, que construyen redes de proveedores, de clientes y que generan miles empleos calificados que permiten expandir las fronteras empresariales más allá de nuestras tierras para tener presencia en países de primer mundo, como Estados Unidos. Esa esencia, esos valores no se destruyen se mantienen y quiero ser muy enfático en eso, porque me parece que el amor que se les tiene a estas compañías se basa precisamente en eso, en el impacto y la forma como estas compañías abordan el ejercicio empresarial para irrigar bienestar colectivo en todos los públicos de interés.
Eso no se acaba, eso no se destruye y continúa metido en el ADN de miles de personas, de nuestros accionistas, de las juntas, de los administradores y del ecosistema empresarial. Entonces, esto no hay que mirarlo con nostalgia, hay que mirarlo con enorme alegría porque mantener lo bueno servirá para habilitar unas avenidas de crecimiento que van a ser muy potentes y muy importantes con todos los atributos que hoy tienen sumados aquellos que acabamos de describir, de atractividad, de mayor capital, de posibilidades de levantar capital para seguir creciendo”.
¿Qué aportes le dejan esos 46 años de cruce accionario a Antioquia y al país?
“Es difícil hablar de los atributos de las organizaciones que uno representa, lo digo con toda humildad, pero con toda convicción. Estas compañías han generado externalidades positivas muy relevantes para esta ciudad, para el departamento y el país. Son organizaciones que han contribuido a través de la generación de miles y miles de empleos y en algún momento determinado generaron como 170.000 empleos en total, calificados, de personas bien remuneradas, de profesionales jóvenes de distintos ámbitos de formación y que han podido ascender, crecer y desarrollar un talento humano muy particular alrededor de este ecosistema empresarial.
Estas organizaciones han generado una riqueza muy importante para sus accionistas y para la región. Cuando uno mira el caso de Grupo Argos, el patrimonio en términos compuestos ha crecido al 20% durante los últimos 46 años. Nunca ha dejado de repartir dividendos en su historia de 90 años y ha crecido a unos niveles relevantes de tamaño económico, pero además ha sido un actor que ha influido muy positivamente en esa visión en la que yo creo profundamente que es con un sentido de trascendencia, que cuando se impacta a la sociedad, a la ciudad, y que cuando se ayuda a construir hospitales, teatros, cultura, cuando se ayuda a fortalecer el sistema educativo en nuestra región y a tener un buen gobierno es como se crea una sociedad más próspera para todos. De manera que yo sí creo, con humildad, pero con toda la convicción que el impacto de estas organizaciones ha sido y seguirá siendo muy importante para Medellín y para Colombia”.
¿Qué pasará con esos planes conjuntos que impulsaron las compañías en cultura o educación, se van a mantener?
“Todo eso se mantiene, sin lugar a duda. Es decir, la presencia de ProAntioquia que es una fundación que tiene por objeto la articulación de lo público o lo privado con un único propósito, y es propender por el mejor desarrollo armónico y balance y sostenible de nuestra región y del país. Ahí están estas organizaciones y seguirán aportando activamente junto a otras 65 empresas que hoy van a ProAntioquia a eso, a construir una mejor sociedad, una mejor ciudad y ese espíritu se va a mantener independientemente de que Grupo Argos o Sura tengan acciones entre ellas. Por eso digo que aquí estamos en una transformación positiva, en toda la esencia de lo que somos y con la convicción de lo que somos, eso se va a mantener y se va a reforzar.
Creo que en la medida en que estas compañías avancen y sean más exitosas y puedan acceder a mejores fuentes de capital y puedan tener más accionistas vinculados a ellas, pues seguramente el impacto en esa dimensión del impacto hacia la sociedad, será doblemente potente”.
¿Cómo pinta el 2025 para el Grupo Argos?
“Muy bien, pero como todo en los negocios hay retos. Creo que los negocios particulares de esta compañía tienen unos fundamentales enormemente sólidos. La demanda por materiales de construcción, no solamente para viviendas, sino para infraestructura y para desarrollo en los países donde operamos, sigue siendo muy dinámica. Los fundamentales de crecimiento en las necesidades de infraestructura, de transporte aéreo, de vías, de carreteras, de desarrollo de infraestructura urbana siguen siendo muy alentadores. La transformación de la matriz energética hacia energías renovables no convencionales, como lo estamos abordando en Celsia, es una realidad irreversible.
Y nuevas avenidas de crecimiento como el almacenamiento a gran escala, que es una transformación que yo siento que llegó para quedarse, son impulsores de crecimiento empresarial para este negocio muy relevantes. En la coyuntura tenemos unas oportunidades maravillosas. Luego de la desinversión de los activos de Summit a esta organización y a Cementos Argos les va a quedar algo parecido a 3.000 millones de dólares para decidir cómo administrarlos. Esa es una oportunidad gigantesca como para retribuir a los accionistas en una parte, para reinvertir en Estados Unidos, para reinvertir en otras avenidas de crecimiento.
Recuerde lo que estamos haciendo en el Perú, en un fondo de capital, para construir parques eólicos y generación sostenible allá, es una avenida de crecimiento maravillosa. La ampliación del aeropuerto El Dorado que se viene es un proyecto de gran escala, de manera que yo no veo más que oportunidades”.
Al final de esta semana se anunció por parte de Cementos Argos un Sprint 3.0, ¿de qué se trata?
“Es una iniciativa que como bien lo dice el nombre llega a su tercera edición y que básicamente quiere focalizarse en unos pocos, pero muy profundos y potentes catalizadores de valor para los accionistas. Hace unos dos años la acción de Cementos Argos estaba en los $2.000 y hoy está en $10.000. Sprint es un programa que tiene distintos componentes. La maximización de los rendimientos económicos de la organización a través de la maximización del ebitda, que es la eficiencia operativa.
Ahí, la cementera ha alcanzado niveles insospechados de eficiencia y de mejora. Todavía hay unos márgenes que se están haciendo. Sprint quiere decir los mecanismos creadores de liquidez en el mercado. Y quiere decir aumentar la retribución y la distribución de dividendos a sus accionistas.
Esta versión 3.0 tiene una primera línea muy interesante y es unirse al convenio de Grupo Argos y Grupo Sura y entregar a sus accionistas por esa vía la participación que Cementos Argos tiene en Sura. Esa es una operación que a precios de mercado vale cerca de un billón de pesos, que van a ser dispuestos a favor de sus accionistas y ahí empieza una serie de iniciativas que poco a poco se irán anunciando al mercado”.
¿Si bien, a través de Summit, Cementos Argos estuvo listado en Nueva York indirectamente, se mantiene esa intención de listar a estas compañías en Estados Unidos?
“Permanece la convicción de que esa es una de las opciones que tenemos. Las compañías han venido avanzando en la preparación para estar listas en un listamiento no solamente en Nueva York, sino en cualquier bolsa internacional. Es un proceso de preparación importante desde la óptica de procesos de auditoría de reporte y como lo hicimos en Cementos Argos ya sabemos hacerlo y estamos avanzando en todas las compañías. Esa es una opción, creo que esta última transacción de descruce accionario precisamente habilita caminos de ese estilo. Era muy complejo listar una compañía como Grupo Argos, que tenía inversiones financieras, inversiones de materiales de construcción, etcétera, entonces esa es una de las opciones que vamos a tener”.
Tenemos un 2025 preelectoral que para algunos va a ser un poco más frío, pero para otros va a ser un año de reactivación, ¿ustedes qué ven?
“La inflación ha venido bajando, lo cual es buena noticia para todos. El desempleo viene bajando y también es buena noticia para todos. Entonces, hay señales positivas y desde luego preocupaciones. Yo no puedo ser ajeno a expresarlas. Sí hay elementos que me preocupan en política pública como los anuncios de revisión de programas de subsidios en vivienda, me parece que son delicados, esos son programas de largo aliento que han permitido una transformación social importantísima, y más allá de la dinámica coyuntural de un momento sobre cualquier sector de estos, son transformacionales para el bienestar de la población. Creo que eso hay que mantenerlo.
De manera que hay dificultades fiscales, hay dificultades de financiamiento en el presupuesto, etcétera, pero yo mantengo la visión optimista sobre el futuro del país. Yo creo que hay muchas oportunidades, hay sectores creciendo. Debemos mirarlo con optimismo, y con realismo para no desconocer los problemas”.
¿Cómo vivió Jorge Mario Velásquez todo lo que pasó en los últimos 3 años?
“Terminó siendo muy gratificante. Estoy lleno de ilusión, de satisfacción, de optimismo por lo que viene para estas compañías, de los caminos que se abren y estoy enormemente agradecido con un equipo de trabajo maravilloso que hay en esta organización. Estos proyectos donde uno al final tiene la vocería son la ejecución de decenas o centenares de personas. Estoy agradecido con la vida porque, a pesar de temas de salud y demás, estoy lleno de ánimo”.