La adopción de nuevos canales, la llegada de más jugadores y una oferta amplia de productos le están permitiendo al sistema financiero colombiano mejorar y extender su cobertura.
Así lo mostró el Reporte de Inclusión Financiera 2018, presentado ayer en Bogotá por el programa Banca de las Oportunidades y la Superintendencia Financiera, en el que se indicó que de los 34 millones de adultos que hay en el país, 28 millones tenían acceso, al menos, a un producto financiero, es decir el 81,4 %. Los datos son superiores a los de 2017 cuando la inclusión fue 80,1 % abarcando a 27,1 millones de personas (ver gráfico).
No obstante, el director de la Banca de las Oportunidades, Freddy Castro, advirtió que pese a que la inclusión financiera va en aumento, el uso de los productos no. Así, de los 28 millones de adultos con un producto financiero, 4,5 millones no lo utilizan, y esa cifra se ha mantenido desde 2014.
Castro explicó que tanto el acceso a productos financieros como la cobertura caen a medida que aumenta la ruralidad, pues mientras la inclusión financiera llegó al 88,7 % en las ciudades y aglomeraciones urbanas, el indicador para las zonas rurales se ubicó en el 55,4 % (ver Claves).
También hay variaciones en la inclusión financiera por rangos de edad, siendo los adultos más jóvenes o la generación de los centennials (las personas que tienen entre 18 y 25 años, según el Reporte) los más excluidos financieramente. Mientras el indicador de este grupo fue del 57,3 %, el de la población entre los 41 y 65 años o baby boomers, fue del 89,1 %.
Desafíos de la inclusión
Para el superintendente financiero, Jorge Castaño, uno de los grandes retos es vincular financieramente a 6,3 millones de adultos colombianos, es decir, el 18,6 % del total de la población mayor de edad del país.
En ese contexto, el presidente Iván Duque abogó por la educación financiera como herramienta para tener mayor cobertura, y destacó los objetivos del Plan Nacional de Desarrollo (PND) que fijan que la inclusión llegue en el 2022 al 85 %, lo que representará incorporar al sector y a sus servicios a 3 millones de adultos más.
A su turno, Castro mencionó la implementación de Mis Finanzas Lab, un laboratorio que identifique los problemas de la inclusión financiera, acopie documentación y ejecute una prueba piloto de cuyos resultados podrán extraerse iniciativas para ampliar la cobertura de los servicios que ofrecen las diferentes entidades.
Otras estrategias contempladas por la Banca de las Oportunidades apuestan por generar información y reportes generales que permitan establecer un observatorio de inclusión financiera rural que posibilite el desarrollo de productos adecuados para la economía campesina, así como una caracterización de las microempresas y sus necesidades de financiación.
Innovación tecnológica
Otro factor clave para profundizar en el acceso financiero de los colombianos tiene que ver con la digitalización y aprovechamiento de la tecnología.
El superintendente Financiero destacó como estas herramientas han permitido desarrollar productos y servicios que a su vez han contribuido a incrementar la inclusión financiera.
“Este comportamiento se evidencia en que, por primera vez (en 2018), las transacciones realizadas por internet sumaron 3.151 millones superando a las de las oficinas (551 millones), tanto en número como en monto: 2.798 billones de pesos en internet frente a 2.691 billones en oficinas”, precisó.
Microcrédito, ¿inclusivo?
El reporte resaltó como esta modalidad crediticia se ha constituido en una herramienta que permite alejar a la población de los mecanismos de financiación informal y, además, es la puerta de entrada a otros productos financieros formales como los seguros o productos de ahorro, generando mayores mecanismos de protección y formalidad.
La presidente de la Asociación Colombiana de Instituciones Microfinancieras (Asomicrofinanzas), María Clara Hoyos, dijo que pese a los avances la cobertura de estos préstamos es más amplia en grandes ciudades (48 %), mientras en áreas rurales alejadas es muy baja (10,3 %).