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Más allá del miedo: cómo las empresas colombianas pueden aprovechar la IA

Jay Persuad, líder global del ecosistema de tecnologías emergentes en EY, explica cómo la IA puede ser un motor clave para la productividad en mercados emergentes.

  • Jay Persaud, de EY, motivó al empresariado colombiano a incorporar la inteligencia artificial. FOTO Cortesía EY
    Jay Persaud, de EY, motivó al empresariado colombiano a incorporar la inteligencia artificial. FOTO Cortesía EY
15 de septiembre de 2024
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Durante su visita a Medellín como invitado especial en el Congreso Empresarial Colombiano, organizado por la Andi, Jay Persuad, Global Leader del Ecosistema de Tecnologías Emergentes en EY, compartió su visión sobre el impacto de la inteligencia artificial (IA) en mercados emergentes como Colombia.

A lo largo de esta conversación con EL COLOMBIANO, Persuad abordó temas clave sobre la implementación de IA, los desafíos para las empresas en economías emergentes, y la importancia de una regulación ética y responsable.

La inteligencia artificial está transformando industrias a nivel global. Desde su perspectiva, ¿qué industrias en mercados emergentes como Colombia podrían beneficiarse más rápidamente de su implementación?

“El potencial de la IA es enorme, y todas las industrias pueden beneficiarse de su implementación de una forma u otra. Sin embargo, para priorizar su uso, hay cuatro factores clave que deben ser considerados. Primero, ¿la organización está preparada culturalmente para este cambio? La IA representa una transformación profunda y disruptiva, por lo que si una empresa no ha logrado adaptarse a otras tecnologías, la implementación de IA podría ser un proceso aún más desafiante. Segundo, la organización necesita tener un conocimiento profundo de cómo funcionan sus procesos de negocio. En muchos casos, será necesario realizar una reingeniería de procesos antes de entrenar modelos de IA para que sean efectivos.

Tercero, está la cuestión de la experiencia técnica. No todas las empresas cuentan con el personal o los recursos para implementar IA por sí mismas, y aquí es donde pueden entrar los socios tecnológicos. ¿Pueden las empresas adquirir la experiencia necesaria? Y cuarto, la gobernanza del riesgo. Las empresas deben comprender los aspectos regulatorios y de cumplimiento, y asegurarse de que están aplicando la IA de manera segura y ética.

Con esto en mente, las industrias que probablemente se beneficiarán más rápidamente de la IA en Colombia serán aquellas que tienen procesos repetitivos y bien definidos, como el sector financiero, la manufactura y la logística. En estas áreas, la IA puede optimizar operaciones, mejorar la eficiencia y reducir costos. Sin embargo, en industrias donde la interacción humana es clave, como el retail o el servicio al cliente, la IA aún tiene limitaciones, ya que no posee la empatía o las habilidades sociales necesarias para esas interacciones”.

¿Cuáles son los desafíos más comunes que enfrentan las empresas en mercados emergentes como Colombia al incorporar inteligencia artificial?

“Uno de los principales desafíos que enfrentan las empresas en Colombia y otros mercados emergentes es el miedo a lo desconocido. La IA es una tecnología compleja y disruptiva, y muchas organizaciones todavía no tienen suficiente conocimiento sobre lo que implica su implementación. Este desconocimiento puede llevar a la resistencia o a la adopción apresurada sin la preparación adecuada. La falta de formación y de una cultura organizacional abierta al cambio tecnológico son barreras importantes. Además, muchas empresas en mercados emergentes como Colombia operan con presupuestos más ajustados que sus contrapartes en países desarrollados.

Esto significa que los recursos para invertir en IA y en el talento especializado pueden ser limitados. Las organizaciones tienen que equilibrar inversión en tecnología con otras prioridades.

Para superar estos desafíos, es fundamental que las empresas adopten un enfoque educativo hacia la IA. Esto implica no solo entrenar a su personal en las habilidades técnicas necesarias, sino también desmitificar la IA y ayudar a los empleados a comprender cómo puede mejorar su trabajo. La IA no debe verse como una amenaza, sino como una herramienta para aumentar la productividad y la eficiencia”.

Dado el rápido avance de la IA, ¿cómo pueden las empresas seguir el ritmo sin sentirse abrumadas?

“La clave está en la planificación estratégica y en avanzar paso a paso. Muchas veces las organizaciones se sienten abrumadas porque ven a la IA como un cambio monumental que debe implementarse de inmediato. Sin embargo, la adopción de la IA debe estar alineada con el plan estratégico de la organización. Antes de implementar cualquier solución de IA, es necesario identificar cuáles son los procesos de negocio donde esta tecnología puede agregar más valor.

Una vez que se identifican esos procesos, es importante priorizar. Tal vez la empresa encuentre diez áreas donde la IA podría ser útil, pero es vital evaluar si la organización está culturalmente preparada para cada una de ellas. Esa evaluación cultural, junto con los aspectos técnicos y operativos, ayudará a priorizar los casos de uso más viables.

Con esa lista de prioridades, se puede proceder de manera gradual. No es necesario implementar la IA en toda la organización de inmediato; en cambio, se puede empezar con proyectos piloto en áreas clave y, a medida que se vean los resultados y se gane experiencia, escalar la implementación. Este enfoque permite a las empresas aprender y adaptarse al ritmo adecuado”.

Cuando hablamos de IA, inevitablemente surge el debate sobre ética y regulación. ¿Cómo deberían los mercados emergentes abordar la regulación de la inteligencia artificial, y cuál debería ser el papel del Estado?

“Es un tema complejo y multifacético. En Europa, se ha tomado un enfoque regulatorio muy estructurado con la implementación del EU AI Act, que entrará en vigor en 2024. Este marco regula los sistemas de IA y prohíbe ciertas aplicaciones consideradas de alto riesgo. Por otro lado, en Estados Unidos, no hay una ley federal específica sobre IA, pero el gobierno ha emitido una serie de principios sobre su desarrollo y uso.

Cada enfoque tiene sus ventajas y desventajas. En Europa, existe una normativa más estricta que pretende adelantarse a los posibles riesgos de la IA, pero en algunos sectores esto ha generado preocupación porque creen que la regulación puede frenar la innovación. En Estados Unidos, en cambio, se sigue un enfoque más flexible, permitiendo que la innovación avance mientras se manejan los problemas a medida que surgen, con leyes que ya existen o nuevas si es necesario.

Colombia está comenzando a dar pasos importantes. Recientemente firmó un acuerdo con otros 17 países para trabajar en conjunto en la implementación de la IA, no solo desde la perspectiva de la eficiencia y productividad, sino también desde un enfoque ético. Es crucial que Colombia desarrolle un marco regulatorio que fomente la innovación tecnológica, pero que también proteja a las personas y garantice que la IA se utilice de manera responsable.

Es importante que las regulaciones no se queden estáticas, ya que la IA evoluciona rápidamente. Los Estados deben ser flexibles y estar dispuestos a adaptar sus normativas a medida que surgen nuevos desafíos”.

Uno de los grandes temores relacionados con la IA es el reemplazo de trabajadores. En países con una alta dependencia de mano de obra, como Colombia, ¿cómo se puede manejar esta preocupación?

“Es un temor legítimo y comprensible, pero no creo que la IA vaya a generar un desempleo masivo. En las tareas repetitivas, la IA ciertamente puede reemplazar a los trabajadores, pero esas son solo una parte de la economía. Las funciones que requieren interacción humana, creatividad o juicio crítico seguirán siendo realizadas por personas durante mucho tiempo.

Lo que se necesita es un enfoque coordinado entre el gobierno y el sector privado para reentrenar a los trabajadores cuyas tareas pueden ser automatizadas, y para ayudarles a adquirir nuevas habilidades que serán relevantes en un entorno más automatizado. En Europa y Estados Unidos, ya estamos viendo una disminución de la población activa, lo que significa que tarde o temprano la tecnología será necesaria para llenar ciertos vacíos laborales. Incluso eso ya está pasando en Colombia, la población está envejeciendo y dejando de crecer.

Es crucial planificar para que la adopción de la IA no resulte en una disrupción social. El enfoque debe estar en cómo usar la tecnología para complementar el trabajo humano y cómo desarrollar las habilidades que serán más demandadas en un mundo donde la automatización está en aumento”.

Dado que la mayoría de las empresas en Colombia son mipymes, ¿cómo pueden estas adoptar la IA de manera accesible y sin altos costos?

“Sabemos que la mayoría de las mipymes no tienen los mismos recursos que las grandes empresas para implementar soluciones avanzadas de IA, pero eso no significa que estén excluidas de los beneficios de esta tecnología. Existen soluciones asequibles que se pueden adaptar a las necesidades específicas de estas empresas. Por ejemplo, las pequeñas empresas pueden utilizar IA para tareas como el análisis de preferencias de clientes o la automatización de procesos administrativos básicos.

Hoy en día, hay plataformas y herramientas en la nube que ofrecen acceso a soluciones de IA a bajo costo. Esto permite que incluso las pequeñas empresas puedan empezar a experimentar con la IA y ver resultados rápidamente. Además, a medida que la tecnología sigue madurando, los costos seguirán disminuyendo, lo que facilitará aún más la adopción por parte de las mipymes.

El enfoque debe ser estratégico: las mipymes deben identificar las áreas donde la IA puede generar el mayor impacto y empezar a partir de ahí. No necesitan una solución completa desde el principio. Con el tiempo, a medida que crezcan y vean resultados, podrán expandir su uso de la IA”.

Finalmente, ¿qué tipo de formación necesitarán las empresas para integrar la IA en sus organizaciones, y qué perfiles profesionales serán más demandados?

“Hay dos áreas fundamentales. La primera es la formación técnica. Si bien no todos los empleados necesitan ser expertos en programación o desarrollo de IA, sí es importante que tengan un conocimiento básico de cómo funcionan estas tecnologías y cómo pueden aplicarlas en sus roles. No es necesario entender cada detalle técnico, pero es crucial saber cómo utilizar estas herramientas de manera efectiva, al igual que no todos necesitan saber cómo reparar un coche, pero sí saber cómo conducirlo.

La segunda área, y quizás la más importante a largo plazo, son las habilidades humanas. La IA puede hacer muchas cosas, pero no puede reemplazar cualidades como la creatividad, la empatía y las habilidades interpersonales. Estas competencias seguirán siendo clave en el futuro, especialmente en trabajos que involucren la gestión de equipos, la atención al cliente o el liderazgo. Por eso, las empresas deben invertir tanto en la formación técnica como en el desarrollo de habilidades sociales. Este equilibrio entre tecnología y humanidad será lo que determine el éxito de la integración de la IA en las organizaciones”.

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