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La guerra en Ucrania tiene con los nervios de punta a los productores de pan en todo el mundo.
Debido al conflicto que inició tras la incursión de Rusia el 24 de febrero, se estima que la oferta de las materias primas para elaborar comestibles panificados podría mermar sustancialmente.
Datos del mercado indican que estos dos países suman el 30% de los exportaciones mundiales de trigo y 20% de las de maíz. En línea con ello, según agencias internacionales, los suministros para Europa, Estados Unidos y el resto de compradores mermará en 57 millones de toneladas al finalizar la temporada 2022.
Detrás de esta potencial escasez habrá un escenario de incremento en los costos de producción y consumo. Inclusive, de acuerdo con medios locales, los compradores estadounidenses ya están pagando el precio a pesar de que EE. UU. también es uno de los principales productores de trigo y maíz.
“Desgraciadamente, a corto y medio plazo, la inflación de los alimentos y el costo de los productos de panadería subirán más. Esto afectará más a los más vulnerables de nuestra sociedad”, comentó Robb MacKie, presidente ejecutivo de la Asociación Estadounidense de Panaderos.
Todo esto podría añadirle sal en la herida al sector de las panaderías en Colombia, en donde ya la Federación Nacional de Comerciantes (Fenalco) había alertado las dificultades por las que están pasando.
según la agremiación, el costo de los insumos está disparado con incrementos de hasta el 60%.
Los principales socios comerciales de Colombia para abastecerse de trigo y maíz son EE. UU. y Canadá, que portan el 99,7% de los cereales necesarios en esta industria.
El inconveniente, tal como lo vaticinan agentes del mercado, es que los panaderos locales en esos países están tratando se cerrar contratos futuros con los molineros para protegerse de incrementos, por lo que se reduciría la oferta para exportación.
Según Fenalco, en Colombia hay unas 25.000 panaderías y generan cerca de 400.000 empleos directos