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Alimentos hay, pero el problema es cómo acceder a ellos en la región

Un reporte de la Cepal y la FAO señala que 16 millones de personas se volverán pobres y les será difícil poder comprar esos bienes. ¿Qué alternativas se sugieren?

  • Más de 80 millones de personas tienen problemas para acceder a los alimentos en la región. FOTO: JAIME PÉREZ
    Más de 80 millones de personas tienen problemas para acceder a los alimentos en la región. FOTO: JAIME PÉREZ
17 de junio de 2020
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En Latinoamérica y el Caribe existe un dilema: hay suficiente oferta de alimentos, pero más de 80 millones de personas tienen dificultades para acceder a ellos.

Este dato revelador lo mostró un estudio conjunto entre la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, en inglés), según el cual la emergencia que vive el mundo dejará a 16 millones de personas en la pobreza extrema en la región, que se sumarían a los 67 millones que están en esta condición actualmente (ver Paréntesis).

Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la Cepal, apuntó que están en riesgo 20 años de progreso en la lucha contra estos fenómenos y que en Colombia la tasa de personas en condición de pobreza pasaría del 10 % al 12 % en 2020.

Según la ejecutiva, se considera que alguien es pobre cuando la plata no le alcanza para cubrir gastos básicos. En Colombia, los datos del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane) dicen que de 15,4 millones de hogares, a 5,7 no les alcanzan los ingresos para cubrir sus necesidades primordiales.

Por eso, el informe dice que hay una tarea base para los Gobiernos latinos: no dejar que la pandemia se convierta en una crisis alimentaria.

Y aunque como se apuntó anteriormente, si bien es cierto que no hay riesgo de desabastecimiento, el precio de los alimentos sí es un factor que preocupa en tanto que las cuentas de ambos organismos arrojan que estos crecieron a un promedio de 4,6 % en el último año en esta zona del mundo, por encima del 1,2 % en que ha aumentado el valor de los bienes totales.

Esto, debido a devaluaciones en las monedas regionales, reducción de la movilidad y aumento de la incertidumbre, que tuvo como principales afectados a los precios de la naranja, el banano, el café y el arroz, entre otros productos, cuya cotización varió al alza.

Alternativas

Y bien, con unos alimentos más caros y una mayor cantidad de pobreza, tanto Cepal como FAO sugirieron un paquete de medidas para adaptar en los territorios.

La primera, y tal vez más relevante, es la creación de un bono contra el hambre: se trata de un mecanismo de transferencias monetarias, canastas o cupones de alimentos, en el que se le entrega a cada familia en condición de pobreza extrema el equivalente a 47 dólares, algo que significaría entre 0,06 % y 0,45 % del PIB en la zona, con un costo de 23.500 millones de dólares.

“En América Latina podemos tener un retroceso histórico en la lucha contra el hambre y perder lo que hemos logrado en quince años, en tan solo un par de meses. Millones de personas pueden caer en el hambre. Esa es la gravedad del problema actual”, manifestó Julio Berdegué, representante regional de la FAO.

Para Joan Charry, especialista en proyectos logísticos y comercio de la Universidad Santo Tomás, también hay que tener en cuenta a la cadena productiva de los alimentos, y en ese sentido es de vital importancia capacitar a los productores en las zonas rurales, a la par que se invierte en digitalización de procesos, para garantizar la seguridad alimentaria en todas sus fases.

Y es que, de acuerdo con el estudio, al final de año unas 30 millones de personas estarían en pobreza extrema en el campo, algo a tener en cuenta porque allí se concentra gran parte de los alimentos que se consumen a diario.

En este sentido se propone asistencia técnica y facilitación en el acceso a insumos para los casi cuatro millones de agricultores familiares y dos millones de pescadores artesanales que hay en la región.

Además, aunque los dos organismos internacionales apuntan que se han presentado brotes de coronavirus en centrales mayoristas de diferentes países, concuerdan que es primordial impedir su cierre o reducción de operaciones al ser grandes abastecimientos agrícolas.

Y se añade que otras apuestas deben ser mantener los programas de alimentación escolar, reprogramar las deudas de las pymes agrícolas y mantener la coordinación público-privada entre los actores del sistema alimentario.

Según Jorge Bedoya, presidente de la Sociedad de Agricultores de Colombia (SAC), el gran reto, por lo menos en el caso de Colombia, es hacer frente a la pérdida de empleo para brindar garantías a los consumidores, y para esto se debe ejecutar, entre otras, una reforma laboral.

4,6 %
incrementaron los precios de los alimentos en la región: Cepal y FAO.
El empleo que busca está a un clic

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