Una actividad económica de la cual dependía en buena medida el departamento del Cesar y que hoy no representa ni la mitad de sus ingresos, era la producción de carbón. Y es que de las tres operaciones a gran escala e industrial que existían hace más de tres años para la explotación del mineral, solo queda en plena operación la que realiza la compañía Drummond.
Además, las otras dos empresas mineras que desarrollaban la tarea, CNR y Prodeco, ya no están en el radar. Mientras la primera vendió sus títulos al fondo Key Industries, el cual está retomando la senda productiva desde hace varios meses, la segunda devolvió los títulos a la nación, y a la fecha no han sido otorgados a un nuevo operador.
La situación tiene con malestar a las autoridades departamentales, más si se tiene en cuenta que el 39% del Producto Interno Bruto (PIB) del Cesar dependía de la producción del carbón térmico. Además, la Nación ya no contará con los poco más de $300.000 millones al año que desembolsaba Prodeco por concepto de regalías.
Así mismo, a las arcas del país ya no están ingresando los cerca de US$300 millones por concepto de impuestos (locales y nacionales). Y no contará con los más de US$38 millones que ingresarían por los mismos derechos económicos en un año.
“Aunque en Europa se ha presentado un incremento de la demanda de este mineral por la guerra de Rusia y Ucrania, que llevó a que se prendieran nuevamente las térmoeléctricas, las políticas de descarbonización a nivel mundial no le han permitido al carbón nacional tener un nivel más alto de sus ventas al exterior, y a esto no escapa el carbón que se produce en el Cesar”, explicó Nicolás Arboleda, asociado de Energía, Minas e Infraestructura de Baker McKenzie.
El analista agregó que los contratos de aporte minero de las empresas carboneras que desarrollan operación en este departamento poseen condiciones diferentes al de las concesiones tradicionales.