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Aunque dice que hay que esperar las cifras que entregue el equipo técnico, Leonardo Villar, gerente del Banco de la República, lo admite: el dolor de cabeza de los precios altos continuará más tiempo de lo esperado y recién a principios de 2023 empezaría a bajar con consistencia.
La situación obligó a la junta del banco central a subir otros 150 puntos básicos la tasa de interés hasta llevarla a 9%. En tan solo 29 días (30 de junio al 29 de julio) el ajuste fue de 300 puntos básicos, pasando de 6% a 9% (ver Gráfico).
Y para el que quiera viajar un poco más en el tiempo los datos también sorprenden, porque en septiembre de 2020, apenas empezándose a reactivar la economía, la tasa estaba en 1,75% y menos de dos años después va en el nivel actual.
“El exceso de demanda se mantiene por una actividad que continúa fuerte”, explicó Villar. En palabras simples: la gente sigue comprando demasiados bienes y servicios pese al encarecimiento de los precios y a que están subiendo los intereses.
Por lo anterior, el Emisor dijo que las perspectivas de inflación para el cierre de 2022 están en 9,2%, mientras que para el próximo año se moderan a 5,2%. Con corte a junio, la variación anual de los precios al consumidor ya iba en 9,7%.
Lo cierto es que tras la nueva subida de tasas los expertos empezaron a hacer sus apuestas. Alejandro Reyes, economista principal de Bbva Research para Colombia, consideró que el ciclo de alzas habría finalizado y “la tasa se mantendría por un tiempo en el nivel actual, lo suficientemente alto para lograr una moderación de la inflación en el horizonte de política y una convergencia a la meta de inflación hacia 2024”.
Aun cuando el gerente del Banrepública dijo que la demanda sigue alta, Reyes mencionó una “desaceleración” del gasto de los hogares en junio y julio que tendría que ver con el inicio de la moderación de la actividad económica.
En efecto, Asobancaria apunta que las tarjetas de crédito, los créditos comerciales y los microcréditos son los que más rápido absorben la subida de tasa del Banrep y, por ende, tiende a mermar el consumo.
Con todo esto, el ejercicio de algunos analistas es: si suben las tasas para desestimular el consumo, pero el consumo es el motor de la economía colombiana, entonces habrá consecuencias en el PIB; una situación similar le está jugando una mala pasada a Estados Unidos, que está en recesión técnica.
No obstante, el ministro de Hacienda, José Manuel Restrepo, manifestó que el Banrepública elevó su previsión de PIB para Colombia este año de 6,3% a 6,9%, y allí se incluye el impacto de la subida de tasas.
A pesar de eso, centros especializados coinciden en que el próximo año la actividad productiva se desacelerará, coincidiendo con el efecto de las medidas de política monetaria.
De cara al reto que le espera, el próximo ministro de Hacienda, José Antonio Ocampo, dejó ver su incertidumbre sobre el impacto en el PIB que tendría la subida de tasas y dijo que tiene la preocupación de que con esto se termine pasando “a otro terreno”