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La inversión fue la gran sacrificada en el proyecto de Presupuesto General de la Nación para 2017 que será de 224,4 billones de pesos y radicó por el ministro de Hacienda en el Congreso el pasado viernes.
El próximo año, el Gobierno invertiría 32,91 billones de pesos, unos 3,76 billones menos que los destinados para este año, es decir, habría una disminución de 10,3 %.
Para el exministro Juan Camilo Restrepo, la inversión queda “hecha añicos con este presupuesto. Es el desplome más importante en los últimos años”.
El economista añade que este es un movimiento arriesgado en un momento en que la “economía necesita apuestas en el frente social, en infraestructura y, especialmente, de cara al posconflicto”.
Los principales gastos del presupuesto modelo 2017 que pasó a aprobación son las transferencias de ley, que representan 100,3 billones de pesos, donde los montos más representativos se dan en transferencias el Sistema General de Participaciones, es decir, lo que le gira el gobierno central a entes territoriales, en esto se van a las regiones 36,5 billones de pesos, 9,9 % más que en 2016.
Además, dentro de las transferencias de ley sobresale el alto gasto pensional que asume el Gobierno, que aumentó 15,1 % frente a 2016 y llegó a 38,24 billones de pesos.
Estos rubros aumentan orgánicamente acorde con los compromisos de ley del Gobierno y el ministro Mauricio Cárdenas, asegura que el incremento del presupuesto de este año fue inferior a la inflación esperada y que, en términos reales hay una reducción.
No obstante, agrega que se hizo necesario repensar la estructura del gasto público, pero este presupuesto refleja el compromiso de responsabilidad del Gobierno con la “Austeridad Inteligente”.
Pero desde la Red de Justicia Tributaria no le creen al ministro, pues su vocero, José Roberto Acosta, cree que se mantiene nominalmente el derroche que se disparó desde el primer gobierno del presidente Santos y que “la política fiscal presentada en este presupuesto no toca de manera sustancial la burocracia”.
En todo caso, al revisar los componentes del presupuesto, se evidencia que en la partida de inversión hubo movidas estratégicas, manteniendo a educación como rubro principal, seguido de defensa, trabajo y salud (ver gráfico)
Una de las carteras más castigadas por la reducción de recursos de inversión fue la de agricultura. Pasará de 1,98 billones de pesos (2015) a 1,17 billones, es decir, 41 % menos, lo que “a todas luces es una contradicción en la política fiscal”, acota el exministro Restrepo.
El experto en hacienda pública considera que el agro es el sector que tiene que realizar más inversión para cumplir con las promesas del posconflicto, por lo cual el “presupuesto manda un mensaje errado para esa transición”.
Si a la inversión en el sector se suman gastos de funcionamiento, el rubro sube hasta 1.66 billones de pesos, y mantiene una disminución de 33,6 %.
Mientras tanto, la inversión en “empleo público” aumentaría 26,3 % hasta los 279 mil millones de pesos, lo que “no tiene sentido cuando se congeló la nómina del Gobierno”, aclara Restrepo.
Y si ese sacrificio genera críticas, el aumento en el presupuesto para cubrir servicios de deuda tiene su filosa interpretación. De las cuentas de 2017 habrá que sacar el 24 % del presupuesto para este rubro, que aumentaría frente al año pasado en 15 %, afectado por la devaluación, principalmente.
“Esto nos confirma nuevamente que la Regla Fiscal fue un saludo a la bandera y que ahora estamos en un problema grave”, agregó Acosta.
Serán 54,3 billones los que deberán salir del presupuesto para saldar intereses y amortizaciones.
“Todo esto demuestra que las finanzas del país vienen de mal en peor en los últimos años y que, reformas tributarias como la de 2014 fueron antitética y ahora nos vemos en la necesidad de hacer una estructural”, concluyó el exministro Restrepo (ver Dicen de...).