Vestidos como mutantes, soldados o zombis, los jugadores deben luchar contra los efectos apocalípticos de la radiación.
El peor desastre nuclear de la historia trajo muerte, miseria y contaminación radioactiva. Treinta años después, se convirtió en la inspiración para estos jugadores rusos. FOTO: MAXIM SHEMETOV - REUTERS
Los habitantes de las áreas afectadas en Ucrania, Belarús y Rusia aún están en contacto con la radiación que se escapó de la planta nuclear en abril de 1986. FOTO: MAXIM SHEMETOV - REUTERS
Pero en Moscú, otros pasan los fines de semana pretendiendo que viven en la zona de exclusión de Chernóbil. FOTO: MAXIM SHEMETOV - REUTERS
Además de la muerte y la contaminación, el accidente de Chernóbil dejó un legado de películas, libros y videojuegos. FOTO: MAXIM SHEMETOV - REUTERS
S.T.A.L.K.E.R. es el nombre del videojuego que inspira a estos rusos. FOTO: MAXIM SHEMETOV - REUTERS
Los jugadores de Moscú corren por las construcciones abandonadas de la capital rusa, se esconden entre las sombras y se topan con obstáculos que tratan de evitar con “artefactos mágicos”. FOTO: MAXIM SHEMETOV - REUTERS
Según el escenario, los “artefactos” poseen cualidades especiales, como curar enfermedades o contactar a los otros jugadores. FOTO: MAXIM SHEMETOV - REUTERS
Vestidos como mutantes, zombis y soldados, los jugadores hacen parte del inusual paisaje urbano de Moscú y sus alrededores. FOTO: MAXIM SHEMETOV - REUTERS
De lunes a viernes, los jugadores son meseros, camareros, artistas, abogados, ingenieros y matemáticos. FOTO: MAXIM SHEMETOV - REUTERS
Pero los fines de semana, ellos imaginan que habitan la zona de exclusión alrededor de la famosa planta nuclear de Chernóbil. FOTO: MAXIM SHEMETOV - REUTERS
Los jugadores generalmente pagan pequeñas sumas de dinero a los organizadores de S.T.A.L.K.E.R., el juego de rol que toma su nombre de un famoso videojuego. FOTO: MAXIM SHEMETOV - REUTERS
El juego es también un reto intelectual, pues los jugadores deben usar sus cerebros para resolver problemas bastante difíciles. FOTO: MAXIM SHEMETOV - REUTERS
Para muchos, el ejercicio es también una forma de recordar los peligros de la radiación. FOTO: MAXIM SHEMETOV - REUTERS
“El juego refleja el poder incontrolable de la energía nuclear”, dice ‘Nicolas’, uno de los jugadores. FOTO: MAXIM SHEMETOV - REUTERS