En tiempos de aislamiento obligatorio, la cotidianidad se abre paso en casas y edificios. Asomarse por ventanas, terrazas y balcones es ahora la forma de tener contacto con el mundo. Foto: Manuel Saldarriaga Quintero
En tiempos de aislamiento obligatorio, la cotidianidad se abre paso en casas y edificios. Asomarse por ventanas, terrazas y balcones es ahora la forma de tener contacto con el mundo. Foto: Manuel Saldarriaga Quintero
En tiempos de aislamiento obligatorio, la cotidianidad se abre paso en casas y edificios. Asomarse por ventanas, terrazas y balcones es ahora la forma de tener contacto con el mundo. Foto: Manuel Saldarriaga Quintero
En tiempos de aislamiento obligatorio, la cotidianidad se abre paso en casas y edificios. Asomarse por ventanas, terrazas y balcones es ahora la forma de tener contacto con el mundo. Foto: Manuel Saldarriaga Quintero
En tiempos de aislamiento obligatorio, la cotidianidad se abre paso en casas y edificios. Asomarse por ventanas, terrazas y balcones es ahora la forma de tener contacto con el mundo. Foto: Manuel Saldarriaga Quintero
En tiempos de aislamiento obligatorio, la cotidianidad se abre paso en casas y edificios. Asomarse por ventanas, terrazas y balcones es ahora la forma de tener contacto con el mundo. Foto: Manuel Saldarriaga Quintero
En tiempos de aislamiento obligatorio, la cotidianidad se abre paso en casas y edificios. Asomarse por ventanas, terrazas y balcones es ahora la forma de tener contacto con el mundo. Foto: Manuel Saldarriaga Quintero