El sonido del mar retumba en una sala oscura mientras un azul infinito envuelve a los espectadores de una proyección 360°. “Bienvenido a casa, imparable viajero”, susurra una voz profunda y casi sabia. Es el océano quien habla, quien invita a sumergirse en su vastedad, a entender su historia, su magia y su fragilidad.
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Así inicia Oceánica, la experiencia multisensorial que ha llegado a Medellín de la mano de El Tesoro Parque Comercial para maravillar a los ciudadanos y, al mismo tiempo, invitarlos a la reflexión sobre la conservación de los ecosistemas marinos.
Desde el 20 de febrero hasta el 27 de abril, esta experiencia inmersiva promete ser un viaje inigualable a través de los mares colombianos, combinando tecnología de punta con una narrativa que, a través del entretenimiento, educa y sensibiliza sobre la importancia de proteger los océanos.
“En El Tesoro reafirmamos nuestro compromiso con la sostenibilidad y el cuidado del medio ambiente y presentamos Oceánica como un espacio único para aprender y maravillarnos con la riqueza de nuestros mares”, explica Adriana González Zapata, gerente de El Tesoro Parque Comercial.
Una travesía inmersiva y educativa
El recorrido de Oceánica se desarrolla en una sala de 110 metros cuadrados donde, por 45 minutos, el espectador se sumerge en imágenes de alta definición y un sistema de sonido tridimensional compuesto por siete altavoces direccionales y un subwoofer. “Cada imagen ha sido cuidadosamente producida para capturar la esencia del mundo marino, resaltando sus movimientos y texturas”, destaca Daniel Salazar, biólogo marino y director ejecutivo de Intuit, la empresa desarrolladora de la experiencia.
Es decir, en esta oportunidad los visitantes podrán ver de cerca las aguas cristalinas del Caribe y el Pacífico, los arrecifes de coral, manglares, islas y el fascinante mundo submarino de Malpelo, mientras se va contando la historia de organismos tan diminutos como el fitoplancton, que produce el 50% del oxígeno del planeta, o de especies enormes como las tiburones martillo y las ballenas yubartas y orcas.
Pero Oceánica no solo es un deleite visual: en su sala interactiva, los usuarios pueden interactuar con proyecciones en tiempo real y ver cómo sus dibujos cobran vida en un ecosistema digital en evolución. “Queremos que la gente aprenda jugando. Que a través de la risa y la sorpresa, comprendan la importancia de conservar nuestros ecosistemas marinos”, señala Salazar.
Ciencia, arte y tecnología en acción
El desarrollo de Oceánica requirió un arduo trabajo de investigación y colaboración con instituciones como Parques Nacionales, WWF, Greenpeace y la Comisión Colombiana del Océano.
“Nos reunimos con expertos en biodiversidad marina para asegurarnos de que la información transmitida fuera precisa y relevante. Queríamos que la experiencia fuera tan realista como posible, y eso nos llevó a construir un guion detallado y a seleccionar cuidadosamente cada imagen y sonido”, explica Salazar.
Asimimos, la producción sonora también juega un papel fundamental en la obra: “Trabajamos con el ingeniero de sonido Juan José Salazar, quien se inspiró en las características sonoras de cada región. En el Pacífico, los sonidos submarinos son más densos y misteriosos, mientras que en el Caribe predominan ritmos como el calipso”, añade el director de Intuit.
Un mensaje de conservación
Ahora, pese a la belleza que exhibe Oceánica, su mensaje es claro: el mar está en peligro. “Queremos mostrar no solo la majestuosidad de los ecosistemas marinos, sino también los desafíos que enfrentan debido a la contaminación, el cambio climático y la sobrepesca”, enfatiza Salazar.
Por esto, a lo largo de la experiencia, se evidencian los efectos del calentamiento global en los arrecifes de coral y la presencia de plásticos incluso en zonas como Malpelo, por ejemplo.
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Las reacciones del público han sido positivas. En ciudades como Bogotá y Cali, donde Oceánica ya se ha presentado, más de 30.000 personas han disfrutado de la experiencia. “Nos han visitado muchas familias y colegios. Los niños salen fascinados y, lo más importante, se llevan un mensaje de conciencia. Recuerdo que mi hija de siete años, tras ver la experiencia, me dijo: ‘Papá, ya sé que los corales sufren por la temperatura del agua’. Eso es lo que buscamos: generar conciencia desde pequeños”, cuenta Salazar.
Una experiencia imperdible
Quienes deseen vivir Oceánica pueden hacerlo hasta el 27 de abril en la Plaza Palmas de El Tesoro. Las boletas están disponibles desde $20.000 para adultos y $18.000 para niños, con descuentos especiales para instituciones educativas y clientes VIP del centro comercial.
