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El panorama debía ser desolador y aterrador para esos humanos, que ocupaban ya todo el planeta. La Tierra colisionó con fragmentos de un cometa desintegrado y hubo incendios alrededor del globo.
Era una época cuando el planeta salía de la última Edad de Hielo, los glaciares retrocedían y se calentaba el clima, hace 12.800 años, de acuerdo con dos estudios publicados al tiempo en el Journal of Geology.
Así, como de la nada, aquellos habitantes debieron ver el cielo lleno de bólidos de fuego y estruendos por las ondas de choque. Por todas partes se produjeron incendios, las cenizas y el polvo coparon el cielo, las plantas murieron, sufrieron las fuentes de alimento y los glaciares volvieron a avanzar. Las corrientes oceánicas cambiaron, tornando más frío el clima, casi en otra edad de hielo, una situación que duró otros 1.000 años.
Al final todo volvió a la normalidad y el planeta volvió a calentarse. Los humanos de entonces surgieron en un mundo con menos animales grandes.
Esta historia está respaldada por un estudio masivo de marcadores geoquímicos e isótopos, trabajo publicado en dos partes.
“El trabajo incluye medidas hechas por 24 investigadores en más de 170 sitios en todo el mundo”, expresó Adrian Melott, profesor de la Universidad de Kansas.
Los estimativos del grupo de científicos sugieren que se trató de una colisión con fragmentos de un cometa que medía más de 100 kilómetros de diámetro, cuyos restos aún persisten en el Sistema Solar.
Los rastros detectados, dióxido de carbono, nitrato, amoniaco y otros químicos, sugieren que 10 % de la superficie terrestre, unos 10 millones de kilómetros cuadrados, fue consumido por los fuegos.
El impacto pudo haber afectado la capa de ozono, de acuerdo con los análisis, provocando aumento en el cáncer de piel y otros efectos negativos en la salud de aquellos pobladores.
“La hipótesis del impacto es aún una hipótesis, pero este estudio entrega una gran cantidad de evidencias, que argumentamos que solo puede explicarse por una gran colisión cósmica”, según Melott.