Juan Pablo Leal Vásquez burló la muerte y a las autoridades el pasado mes de febrero, pero esta vez no contó con la misma suerte y las balas lo alcanzaron muy lejos de sus “búnkeres” en Medellín. El conocido como el “rey” del tusi en Medellín fue asesinado en el Valle del Cauca, según informaron las autoridades.
El crimen ocurrió este martes 11 de marzo, a las 11:00 de la mañana. Leal Vásquez, de 27 años, se encontraba al frente del condominio Los Laguitos, en zona urbana del municipio de Calima Darién, Valle del Cauca, cuando se desató un tiroteo.
Según testigos del hecho, sicarios en moto atentaron contra el sujeto y en medio del ataque hirieron a una mujer empleada de un restaurante del sector que nada tenía que ver con la víctima y que recibió un disparo en la pierna.
Los sicarios no tuvieron piedad con Leal Vásquez. Según los forenses, el cuerpo tenía 15 heridas de arma de fuego: tres disparos atravesaron el dorso, otros tres en el glúteo izquierdo, cuatro balas impactaron en el brazo derecho, dos en la región toráxica, uno más en el cuello y otro en la nariz.
Al inspeccionar el cadáver y los documentos que portaba para realizar la verificación de identidad y antecedentes, encontraron que el supuesto comerciante había sido indiciado por homicidio este mismo año.
Según los videos y testimonios que recogieron los investigadores, los sicarios huyeron en un vehículo blanco con placas y tomó rumbo hacia el sector conocido como “el muro”.
¿Quién era “Pablito Tusi”?
Leal Vásquez, conocido como “Pablito Tusi”, era señalado por las autoridades como uno de los grandes distribuidores de este tipo de estupefaciente en Medellín, el Valle de Aburrá y otras zonas del país. Según fuentes de inteligencia, Vásquez era uno de los más reconocidos “puppy narcos”, tal como se conoce desde hace años a un nuevo perfil de criminales en Antioquia surgidos de clases medias y altas y dedicados al comercio de las llamadas drogas de diseño, así como las decenas de versiones del tusi.
Los “puppy narcos” son los encargados de la distribución de al menos 43 tipos de tusi, entre estos el llamado “tusi brutal”, una peligrosa mezcla que contiene, entre otras sustancias, ketanima, medicina psiquiátrica y fentanilo. “Pablito tusi”, por su parte, tendría como “marca” la llamada “Bailarina”, una de las variaciones más populares de este tipo de droga sintética.
Su nombre saltó a la opinión pública el pasado mes de febrero, luego de que las autoridades atendieran el caso de una balacera que se presentó en una lujosa casa en una modesta cuadra del barrio Santa Cruz. En el lugar, donde se hizo frecuente, según los vecinos, la realización de fiestas de las que solo se enteraban por el movimiento de carros de lujo y personas ingresando, se desató una balacera en medio de una parranda vallenata el pasado 17 de febrero en la que resultó muerto un asistente y el cantante Yair Ortiz resultó herido.
Días después, las autoridades revelaron que dicha casa, que realmente era más un búnker lujoso de $4.000 millones, pertenecía a Leal Vásquez. La había construido en 2022 y tenía piscina, jacuzzi, puertas blindadas, tarima para conciertos y una red de salidas en caso de que fuera necesario, para que su propietario y acompañantes pudieran huir sin problemas.
Las autoridades aseguraron que esta no era la única propiedad de este tipo vinculada a “Pablito”, pues ya tenían identificadas otras mansiones construidas en barrios populares donde el sujeto se sentía a salvo. En la mansión del barrio Santa Cruz las autoridades encontraron a Mariana Andrea Gómez Castaño, una supuesta modelo de 23 años con cuentas pendientes ante la justicia y quien señaló haber llegado al lugar con su pareja y padre de su hijo, es decir, Leal Vásquez, quien según su testimonio huyó por una puerta secreta.
A Leal Vásquez lo tienen en la mira desde 2020, cuando empezó a figurar en el radar de la Fiscalía, por presuntos vínculos con organizaciones trasnacionales para la comercialización de drogas sintéticas. Específicamente, a “Pablito” lo vincularon con la fabricación y comercialización de la llamada “Bailarina”, una variación del 2CB que se volvió popular en las discotecas de Medellín, Cartagena y Barranquilla, incluso también en Venezuela, Ecuador y Chile y hasta algunas ciudades de Europa. Era un negocio que, según investigadores, le reportaba al ahora fallecido $5.000 millones mensuales en ganancias. Las autoridades investigan si el crimen se debe a un ajuste de cuentas entre los llamados “puppy narcos” del Valle de Aburrá o está relacionado con una posible expansión de “Pablito” en el Valle del Cauca lo que pudo desatar una venganza de narcos que controlan el mercado de las drogas sintéticas en esta parte del país.