El Área Metropolitana está ad portas de un nuevo episodio de mala calidad del aire. Es el segundo del año, que ocurre siempre a mediados de septiembre. Pero este año hay una situación particular, y es que ya llegó el fenómeno del Niño. Es decir, lloverá menos y eso permitirá que las partículas PM 2,5, las más dañinas para los seres humanos, se concentren con mayor facilidad en la atmósfera.
Pero el panorama no es tan grave. Pese a la irrupción del fenómeno de El Niño, se espera que este año el episodio sea relativamente suave. Sin embargo, el Área Metropolitana, que es la autoridad ambiental, hizo un llamado, como siempre se ha hecho, para que los ciudadanos utilicen más el servicio público y compartan el vehículo particular.
La invitación también es a que la gente esté pendiente de las mediciones de la calidad del aire que se hacen a través de www.siata.gov.co y www.metropol.gov.co.
Las concentraciones de partículas PM2.5 y las condiciones meteorológicas proyectadas para este periodo, indican que existe una probabilidad media de que cinco o más estaciones poblacionales de la Red de Monitoreo de la Calidad del Aire del Valle de Aburrá presenten niveles Dañinos para los grupos Sensibles (Índice de Calidad de Aire naranja); y, además, se contempla una probabilidad baja de que una de las estaciones poblacionales reporte un ICA Dañino para la Salud (ICA rojo) durante un solo día.
El fenómeno de El Niño tendrá afectaciones no solo en Medellín y la región, sino que repercutirá en buena parte del norte de Suramérica. Los gobiernos, las empresas de los diversos sectores empresariales e infraestructura de América Latina tendrían menos flexibilidad financiera para hacerle frente a un emergente fenómeno meteorológico de El Niño, que en 2016 azotó la región por última vez.
En la costa Caribe colombiano ya se siente la sequía y las temperaturas han bordado los 40 grados centígrados, mientras las sensaciones térmicas han llegado casi hasta los 50 grados. En Medellín, por su parte, han sido frecuentes temperaturas de 31 grados. Aunque por ahora se ha reportado tranquilidad por el nivel de los embalses, hay que economizar la mayor cantidad de agua y de energía posible.