Setenta y dos años después de que la Selección Antioquia venciera 3-2 al América de Cali en el primer partido que se jugó en el Atanasio Girardot un mediodía de 1953, el alcalde Federico Gutiérrez presentó el proyecto de remodelación del estadio que sigue siendo la casa de Nacional y Medellín y que ha sido el escenario de los grandes ídolos de cada tiempo: desde el Papa hasta Bad Bunny.
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El anuncio de la remodelación es la respuesta a las quejas de los hinchas que llevaban años viendo cómo los equipos levantaban más títulos, los cantantes se hacían más famosos, la ciudad era de las “más cool” del mundo, pero su estadio era, con diferencia, de los más feos y anticuados: apenas una tribuna con un techo repleto de goteras, una fachada alérgica a la estética y a las fotos, pocos accesos, filas en los baños y zonas comunes que no se compadecen con las hinchadas que más boletas compran para ir a fútbol en el país.
A la Alcaldía, que había prometido desde la campaña mejorar los 700 escenarios deportivos de la ciudad, le faltaba anunciar el plan para el más importante de todos: el Atanasio Girardot.
Las nuevas obras de remodelación, anunció el Alcalde, costarán cerca de $750.000 millones y empezaron ayer mismo con el inicio de los estudios del suelo.
El principal atractivo de la remodelación es la construcción de un tercer piso, que permitirá aumentar la capacidad de los 44.200 asientos actuales a 60.000, lo que lo convertiría en el estadio con mayor capacidad del país y así, después de 25 años, se romperá el récord de 53.225 asistentes (por lo menos, según la cuenta oficial) que entraron en junio del 2003 a ver al DIM contra el Santos. Este tercer piso será independiente de la estructura de los dos pisos actuales y será el soporte para el nuevo techo que cobijará a las cuatro tribunas, mientras que el rectángulo de la cancha quedará descubierto para que la grama reciba la luz y el agua natural.
Esta metodología de construcción (hacer un nuevo piso que no afecte la estructura de los otros) es la misma que se utilizó para construir el segundo piso del estadio entre los 80 y los 90. Es decir, el estadio seguirá creciendo de la forma en que lo ha hecho, casi como un lego, agregando pisos independientes el uno del otro.
Alejandro Restrepo Montoya, director de arquitectura y urbanismo de la ciudad, y quien lideró el diseño que ayer el alcalde presentó delante de decenas de periodistas de todo el país y glorias del fútbol, explicó que consideraron otras opciones, como demoler el estadio actual y construir uno nuevo desde cero o incluso construir un piso adicional subterráneo, pero no las vieron viables financiera o logísticamente, pues ambas implicaban el cierre del estadio durante casi dos años, además de mayores costos.
“Nos dimos cuenta de que el crecimiento que ha tenido el estadio a lo largo de su historia nos permitía pensar en que era posible conservar estas graderías. En la arquitectura de un estadio de esta valía y de esta calidad arquitectónica, lo que hay que hacer es adecuarse a las exigencias y a los compromisos contemporáneos”, explica.
Adicionalmente, esta estructura deja la puerta abierta para ampliaciones en el futuro, pues queda todavía la posibilidad del piso subterráneo.
Pero además del nuevo piso y techo, al Atanasio se le construirá una nueva cubierta mucho más bella, inspirada en estadios como el del Real Madrid, en España, o el del Bayern Múnich en Alemania.
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Una vez se terminen las obras del tercer piso y de la cubierta se empezarán los trabajos al interior del estadio: nuevos y más baños, cambio de silletería en todas las graderías, en las zonas de comida y en los pasillos. Se demolerán las torres de luz actual y se pondrán luces internas, también se cambiará la grama de la cancha y se construirán nuevos accesos que irán directamente al segundo piso de las tribunas para que las filas a la entrada y la salida se muevan más rápido. El alcalde prometió también mejor internet dentro del estadio, mejoras en los camerinos y las zonas de prensa, así como una intervención de 40.000 metros cuadrados de espacio público a los rededores del Atanasio.
Se comprometió, además, con que los venteros de adentro y afuera del estadio no iban a perder sus trabajos, sino que, por el contrario, se iban a potenciar con capacitaciones y financiación para que “pasen de venteros a comerciantes”, según Gutiérrez.
También celebró que la obra se hará a través de una licitación pública con recursos 100% del distrito y no a través de una alianza público privada como en su momento lo prometió el exalcalde Daniel Quintero, con unos renders que se quedaron en anuncios y promesas de redes sociales.
Según Gutiérrez, hacer una alianza público-privada implicaba cederle el control del estadio durante casi tres décadas a un privado, lo que podría afectar a los equipos de fútbol de la ciudad y también a los vendedores y trabajadores del estadio a quienes podrían sacar en cualquier momento. Sobre la licitación, el mandatario señaló que “necesito que se presenten los mejores y que gane el mejor, y que el contratista que se gane esta obra le responda a la ciudad”.
El cronograma soñado es que la licitación se abra en abril del otro año, las obras empiecen en junio y el remodelado estadio esté terminado para diciembre del 2027, aunque puede extenderse unos meses más si el cronograma definitivo así lo requiere. Gutiérrez fue insistente en que, aunque le gustaría inaugurarlo en su administración, lo más importante es respetar los tiempos que sean necesarios sin correr ningún riesgo.
En cuanto a si los equipos tendrán que buscar otro estadio mientras se hacen las obras, desde la Alcaldía señalaron que la idea es que se afecte lo menos posible y que durante el primer año y medio los equipos puedan seguir usando la cancha y buena parte de las tribunas, salvo por algunos cierres parciales. Sin embargo, señalaron que si las obras del montaje del techo o de la cubierta implicaban el cerramiento total del estadio durante algunos meses, los equipos lo sabrán con un año de anticipación para que gestionen sus cronogramas.
Asimismo, el mandatario señaló que en los próximos meses anunciará obras de remodelación en el estadio Cincuentenario, que eventualmente podría ser una sede alterna. A pesar de la alegría inevitable de los hinchas por tener un estadio mucho más grande y bello, ha habido también incertidumbre sobre si con las mejoras este tendrá una mayor vocación para conciertos u otro tipo de espectáculos. Sobre eso, desde la Alcaldía han asegurado que la vocación principal del escenario seguirá siendo el fútbol y que, además, esperan llegar a un acuerdo con los equipos para que los precios de la boletería no se disparen con las mejoras.
Volverá a ser de los más grandes
Una vez terminadas las obras, Medellín volverá a ser una de las ciudades sudamericanas con uno de los estadios con mayor aforo, lugar que perdió hace quince años cuando, tras las obras que recibió el Atanasio para albergar el Mundial Sub-20, el máximo escenario deportivo de la ciudad redujo su aforo considerablemente pasando de 52.000 a 44.200 espectadores como capacidad total.
En sus 72 años de historia, el conocido como Coloso de la 74 ha tenido diferentes aforos. El 19 de marzo de 1953, fecha de su inauguración, 32.500 personas abarrotaron el escenario deportivo que, a pesar de varias remodelaciones posteriores, mantendría esta misma capacidad hasta 1990 cuando esas dos bandejas superiores de norte y sur se levantaron para darle su particular aspecto de “taza” medio ladeada que tuvo desde entonces y que le permitió alcanzar un aforo de más de 52.000 espectadores.
Pero entonces llegó la década anterior y con esta los necesarios cambios que requería el viejo escenario. La Fifa ordenó una remodelación amplia del estadio para ser sede del Mundial sub-20, que implicó, entre otras transformaciones decisivas, el desmonte del vallado que separaba tribunas de la cancha. También se instaló silletería en todo el estadio, pues hasta entonces solo había en Occidental. Las adecuaciones obligaron a una reducción drástica del aforo que terminó en 42.000.
Pero el estadio de los medellinenses se alejó del pelotón de escenarios en Colombia con mayor capacidad. Palmaseca, el estadio privado del Cali, se terminó de construir con un aforo de 52.000 asistentes, mientras que el Metropolitano, que en sus días de gloria llegó a albergar 60.000 hinchas, bajó a 49.000. Y ni qué decir de otros escenarios reconocidos en Sudamérica, que a medida que fueron entrando en procesos de remodelación ampliaron ampliamente su capacidad, como el Monumental de River, que tras su exitosa transformación pasó de recibir poco más de 65.000 espectadores a 85.018 hinchas.
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Preguntas sobre la nota:
- ¿Cuál será la nueva capacidad total del Atanasio Girardot después de la remodelación?
- La capacidad aumentará de los 44.200 asientos actuales a
60.000 espectadores, convirtiéndolo en el estadio con mayor aforo del país.
- ¿Cuándo se espera que el nuevo Atanasio Girardot esté terminado?
- Según el cronograma de la Alcaldía, las obras empezarían en junio del próximo año y se espera que el estadio esté terminado para
diciembre de 2027.
- ¿Los equipos de fútbol, Nacional y Medellín, jugarán en el estadio durante las obras?
- Sí, la Alcaldía priorizará que los equipos sigan usando la cancha con cierres parciales. Solo si el montaje del techo lo exige, se anunciaría un
cierre total con un año de anticipación.