Leopoldo se hace oír desde la celda

Tras más de dos años de su encarcelamiento, las reflexiones del opositor venezolano son publicadas.

López fue uno de los líderes que convocaron a las marchas del 12-F en Venezuela, contra el régimen chavista.
La respuesta de los opositores venezolanos fue masiva durante el año 2014.
El 18 de febrero se entregó ante la justicia venezolana, sorprendiendo al mundo entero con su decisión.
Su esposa, Lilian Tintori, ha seguido defendiendo su causa y denunciando la persecución. Fotos afp y reuters

Daniel Armirola Ricaurte

06 de marzo de 2016

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Por daniel armirola r.

“Estoy preso, pero estoy libre. Así también está Venezuela y todos los venezolanos”. Leopoldo López, autor de esta frase, ve su encierro en la prisión de Ramo Verde como una oportunidad de lucha, un paso más cercano a desencadenar las libertades políticas que el gobierno de su país se empeña en contener.

“Estamos presos ante la corrupción, la ineficiencia, la represión y la antidemocracia, pero somos libres en nuestro potencial de ser libres”, recuerda en una carta el líder opositor, ante la esperanza y el consuelo de poder en un futuro expresar sus ideas en libertad.

Si algo no ha dejado de hacer López, a pesar de la coacción y el control que aún ejerce el chavismo en su contra, es reflexionar sobre la política de Venezuela y dejar constancia de sus ideas en innumerables textos, misivas, ensayos y hasta en dibujos.

El libro “Leopoldo López: Preso pero libre”, de Ediciones Península, construye de esas páginas el diario clandestino del opositor durante los dos años que lleva privado de la libertad. Recientemente publicado, EL COLOMBIANO tuvo la oportunidad de leerlo, y con esto conocer las luchas, dramas y esperanzas que marcan el encierro de una de las principales voces a favor de la democracia en el país vecino.

Entorno de injusticia

El supuesto motivo por el que entró a prisión es muy conocido, pero vale la pena recordarlo. Anterior a las protestas del 12 de febrero que marcaron el 2014 en Venezuela, López fue quien hizo el llamado a la marcha contra el gobierno de Nicolás Maduro.

La precaria situación económica, el clima de enfrentamiento y persecución contra la oposición, la inseguridad, y la intransigencia del gobierno para resolver estos y otros asuntos, llevaron a López y otros líderes como María Corina Machado, a convocar al país a “La Salida”, o a manifestaciones en busca de cambios.

“No sabemos cuándo se va a producir el cambio, pero si no empezamos hoy no se va a dar nunca. Estamos invitando al pueblo a ser protagonistas de una salida popular. No estamos de acuerdo con el modelo económico del chavismo. La semana pasada Maduro dijo que no iba a devaluar y ayer devaluaron en casi 400 por ciento. El gobierno es responsable de todos los males que afectan a los venezolanos”, dijo el 23 de enero de 2014 en rueda de prensa.

Febrero era el mes escogido para hacer rectificar al chavismo en sus políticas. Tras el 12 de dicho mes, el país vecino entró en un clima de confrontación que dejó 43 muertos, chavistas y opositores. Todo eso se le achacó a Leopoldo López por supuestamente ser quien con palabras incendiarias legitimó el uso de la violencia.

Fue juzgado especialmente por el incidente del Ministerio Público de ese turbulento 12 de febrero, en el que la sede del ente fue quemada por manifestantes opositores, y por las muertes acontecidas alrededor del país durante los enfrentamientos entre chavismo y oposición.

Tras entregarse el 18 de febrero —un episodio que quedó en la memoria colectiva del país—, duró en prisión casi un año y siete meses esperando la decisión de la justicia ante los cargos de instigación pública, asociación para delinquir y determinación en daño e incendio, hasta que fue finalmente hallado culpable de esos tres delitos el 15 de septiembre de 2015.

Como denunció no solo la oposición, sino líderes, organizaciones, medios internacionales y defensores de derechos humanos, el proceso estuvo marcado por la falta de pruebas en su contra, las pocas garantías para la defensa, y la injerencia del gobierno en una justicia de bolsillo.

Así lo consideró, en diálogo con EL COLOMBIANO, Carlos Berrizbeitía, diputado opositor de la Asamblea Nacional.

“Es una violación flagrante de los derechos humanos. Lleva dos años en los que pasa días sufriendo castigos ilegales. En la parte legal, la forma en que fue encarcelado sin pruebas. No hay ningún soporte para comprobar ninguna de las imputaciones por la que se le ha sentenciado. La evidencia más contundente de que todo es un fraude para tenerlo preso fue que el fiscal del caso, Franklin Nieves, se exilió del país y afirmó que fue amenazado y presionado para actuar contra López”.

Si bien las frases del opositor recogidas en el libro son anteriores a la fecha de su sentencia, este ya sabe su destino y anticipa lo que sería aquella polémica condena de 13 años, 9 meses, 7 días y 12 horas de prisión:

“Para cuanto lean estas notas de mi cuaderno, ya se habrán realizado otras audiencias y nada habrá cambiado. La sentencia donde se me condena seguro reposa ya en las gavetas del escritorio de alguno de los jerarcas de este régimen vergonzante para los venezolanos, lista para ser enviada al funcionario de turno. No tengo expectativa alguna de que un juicio montado sobre una mentira (...), pueda llevar a una sentencia absolutoria”, escribió.

¿Radical o demócrata?

Previo a su entrada a prisión, López forjó reputación de ser el líder del ala más radical e intransigente de la oposición, negándose a acudir a diálogos con el gobierno y el chavismo, como sí lo hicieron colegas como Henrique Capriles.

En diálogo con este diario, Jesús Castillo Molleda, politólogo y docente de la Universidad del Zulia, explica que esa imagen ha fortalecido un estilo mucho más confrontacional en una oposición normalmente débil y fraccionada.

“López se ha mantenido como una figura rebelde y ha sido irrestricto en afirmar que el único cambio posible para Venezuela es la salida de Maduro. Antes de las protestas del 12-F, habían procesos de diálogo, pero conjuntamente con María Corina Machado y Antonio Ledezma, él plantea ‘La Salida’”, dijo.

“Con la situación grave del país y el deterioro en distintos ámbitos de la vida nacional, esa fuerza que lideraba ha obtenido mucho más auge, pertinencia y certeza. Ahora los venezolanos afirman que Leopoldo tenía razón, ‘Maduro tuvo su oportunidad y no lo logró’. Hoy en día dentro de las figuras políticas, López es quien capitaliza mayor apoyo y es el líder de la oposición, aparece en las encuestas por encima de Capriles y Henri Falcón”, añadió.

“Por tanto, sin duda ha sabido llevar a la oposición a una postura más radical, ya que su detención no ha mermado su popularidad, la ha aumentado”, señaló.

En sus cartas, López declara que su política es tan opuesta al actual gobierno porque precisamente busca una democracia plena, que garantice el derecho a disentir.

“Todos los derechos para todos los venezolanos, frase en la que resumo lo que en mi opinión debe ser la democracia que nos toca construir a esta generación. Un sistema de Gobierno y convivencia que vaya más allá de la elección de los gobernantes (...). Cuando decimos todos los derechos para todas las personas, decimos que el Estado de derecho y la institucionalidad democrática deben ser una realidad tangible, palpable, para cada venezolano”, reflexionó.

En este sentido entiende Miguel Ángel Román, periodista y conductor del programa Café y Noticias, dicho radicalismo: “Ciertamente López hizo un llamado a la protesta, nunca violenta, pero la frustración de los venezolanos hizo que estas tomaran un cariz mucho más agresivo, que tuvo una respuesta violenta por parte del gobierno. El radicalismo de López no es violento, pero es muy opuesto al chavismo y no pretende negociar con este, por eso fue víctima de persecución”.

¿Mandela venezolano?

No bien fue detenido, muchos sectores dentro y fuera de Venezuela compararon su caso al del líder sudafricano Nelson Mandela, encarcelado durante décadas en su país por abogar por una sociedad basada en la igualdad de razas.

Consciente de esas comparaciones por parte de la oposición, López admitió su admiración por dicho líder —del que tiene hojas con frases en su celda—, y su respeto por los acontecimientos históricos tras su liberación.

“Para Mandela la cárcel fue una vida entera: veintisiete años preso por sus ideas y su accionar contra el apartheid, bajo el principio de la no violencia. (...) Finalmente sale en libertad como señal, la más clara, de que el final del oprobioso régimen sudafricano, fundado en la discriminación y exclusión en función de la raza, estaba a la vuelta de la esquina”, relató.

¿Son en algo similares sus historias? Para Román, “los venezolanos solemos hacer esas comparaciones al hablar de los liderazgos. Ojalá esa comparación no resulte tan fidedigna y dure tanto la condena. Guardando las distancias, se podría decir que esa circunstancia de su detención lo podría favorecer en un futuro y, tal como ocurrió con muchos líderes venezolanos, se convierta finalmente en mandatario tras ese sacrificio”.

Para Castillo, no hay punto de comparación: “Mientras que Mandela tenía reivindicaciones sociales y populares, López representa a clases altas y medias. Cuando Mandela salió de prisión, le dio la mano a los que eran considerados sus enemigos. No veo a López haciendo eso con el chavismo”.

En diálogo con EL COLOMBIANO, la líder opositora María Corina Machado consideró, en todo caso, que su libertad sí estaría de la mano con el inicio de los cambios que buscan en Venezuela: “La salida de Leopoldo aceleraría los cambios, y estos también implican su libertad. Por tanto, la libertad de Leopoldo es la de todos los venezolanos”.

Cambio personal

Más allá de cualquier consideración en torno a su encierro, lo cierto es que ha fortalecido sus convicciones y la de los opositores.

“Yo me he propuesto construir mi libertad desde el encierro. Aprovechar pequeños detalles, como un tobo (balde) de agua para poder proyectar un instante de plena libertad (...). Yo sé que por lo que estoy pasando es una prueba, al temple, al carácter, al dominio de uno mismo (...). Para mí, ese ha sido el más grande aprendizaje desde que estoy preso”, escribió.

María Corina es consciente de eso: “La verdadera tragedia es personal, la del dolor que vive su familia. La separación de los hijos, la persecución y el aislamiento. Yo conozco a Leopoldo y eso es lo que más le duele. Pero sé también que es hoy una persona fortalecida espiritual y emocionalmente”.