El relato del quiebre democrático de Venezuela tiene un nuevo episodio. El gobierno de Nicolás Maduro no aceptó las peticiones que presentaron, por separado, el opositor Henrique Capriles y de la Unión Europea para las elecciones legislativas de este año, comicios en los que se renovará la única institución de Venezuela que no está en manos del oficialismo: la Asamblea Nacional.
Esta historia comenzó a finales de agosto, cuando políticos como Juan Guaidó y María Corina Machado retiraron a sus filas de la contienda, alegando que no hay condiciones para los sufragantes. Buscando legitimidad internacional, el 2 de septiembre el régimen invitó a la Unión Europea a participar como veedora y dos diplomáticos visitaron el país.
Las conclusiones de su inspección fueron publicadas el pasado martes, señalando que no hay condiciones para realizar comicios con garantías.
Por ese motivo, pidieron que se aplacen seis meses para poderlas auditar, una solicitud que ya había hecho Capriles. Sin embargo, en un comunicado publicado ayer, la Cancillería dejó claro que no se acogerá a esas condiciones.
“Es lamentable que la Unión Europea responda con un pliego de condicionamientos, es un acto inadmisible que no corresponde con la invitación realizada”, aseguró. Y reiteró que las legislativas se realizarán el 6 de diciembre. El bloque y parte de la oposición supeditaban su participación a un cambio de fecha, por lo que esos comicios se quedan sin veeduría internacional ni pluralismo político.
La cita en las urnas es organizada por el Consejo Nacional Electoral (CNE), el cual es dirigido por magistrados de corte oficialista, quienes fueron designados por el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), también en poder del régimen. Esa es solo la primera de varias irregularidades que preocupan a la oposición.
“Pretenden realizar esas elecciones a como dé lugar, pero las condiciones actuales no contribuyen a la solución de la crisis institucional. El ecosistema de partidos ha sido totalmente intervenido”, aseguró Francisco Castro, director la Alianza Súmate, organización que vela por los derechos de los votantes en Venezuela.
En marzo hubo un incendio en las bodegas del CNE, que dañó las máquinas de votación electrónica y hasta el momento ese Consejo no ha dicho si estarán funcionando para diciembre. Partidos como Primero Justicia y Voluntad popular fueron inhabilitados y el TSJ cambió sus mesas directivas. Esto se traduce en que colectividades que han sido de oposición, hoy son administradas por políticos de las filas del régimen.
Un ejemplo de ese contexto adverso para que los contrapesos participen en la contienda, es que en las parlamentarias de 2015 la Mesa de Unidad Democrática estuvo integrada por 23 grupos y, de estos, el único habilitado para postular candidatos es el denominado Un nuevo tiempo