Tras 14 años marcados por un dominio fundamentalmente derechista en el cargo de Primer Ministro de Israel, la Unión Sionista podría marcar un viraje a la centroizquierda en las elecciones generales del 17 de marzo, en un país donde crece el descontento contra la gestión del actual premier, Benjamín Netanyahu.
Las encuestas más recientes, tal como la publicada por el canal oficial del Kneset (Parlamento), dan a la bancada de Isaac Herzog una ventaja de tres escaños. Su coalición, conformada por el Partido Laborista y Hatnuah (el Movimiento, comandado por la exministra de Justicia Tzipi Livni), obtendría 24 puestos frente a 21 del oficialista Likud.
En tercera posición, con 14 escaños, se sitúa el centrista Yesh Atid, sucedido con un diputado menos por la Lista Árabe Unida y el partido ultranacionalista de Naftalí Bennett, Hogar Judío, con 12.
¿Qué tan posible será el triunfo de Unión Sionista y Herzog? y ¿qué cambios conllevaría esto en la política israelí? Consultado por este diario, Marcos Peckel, director de la Confederación de Comunidades Judías de Colombia, se mostró escéptico frente a ambos escenarios.
“Como es un régimen parlamentario, acá lo que importa es cuál de los dos candidatos logra coalición. Hay que ver qué bloque tendrá más apoyos, no tanto votos, y en este sentido Netanyahu tiene ventaja. El bloque de Herzog podría tener dificultades para lograr esto a menos que en la votación le tome mucha ventaja al Likud”, explicó.
Víctor de Currea-Lugo, columnista y experto en Medio Oriente, coincidió con Peckel. “Aún si la Unión Sionista lograra conformar gobierno, esto no representaría un viraje significativo en las políticas de Israel. No existe un antecedente de cambios sustanciales en el discurso. Se debate en campaña temas de empleo, si hay más o menos neoliberalismo, pero los temas de fondo continuarán igual”, dijo.
En cualquier caso, y tal como concluye Peckel, el cargo de nuevo o reelecto primer ministro dependerá de los pequeños grupos del Parlamento. Por tanto, de acuerdo a esta lógica, el Likud debe, de forma obligada, evitar que la Unión Sionista le saque una ventaja aún mayor en las urnas.