El senador Rodrigo Paz Pereira, de 57 años, se convirtió en el protagonista inesperado de las elecciones en Bolivia. Contra todo pronóstico, pasó de figurar en los últimos lugares de las encuestas a liderar la primera vuelta con un 32,1% de los votos, perfilándolo como una figura para disputar la Presidencia en segunda vuelta frente al expresidente Jorge “Tuto” Quiroga, que obtuvo un 26,8%.
Economista, exdiputado, exalcalde y actual senador por Tarija, Paz Pereira encarna la figura del “candidato sorpresa” en un escenario marcado por el desgaste del Movimiento al Socialismo (MAS) y la crisis económica que golpea al país. Hijo del expresidente Jaime Paz Zamora, nació en 1967 en Santiago de Compostela, España, durante el exilio de sus padres en las dictaduras militares. Su carrera política lo llevó a ocupar cargos locales y nacionales, y en 2015 sorprendió al arrebatarle la Alcaldía de Tarija al MAS de Evo Morales.
Hoy, se presenta como la cara de una renovación, con un discurso centrado en valores cristianos, descentralización y combate a la corrupción. Sin embargo, su ascenso no ha estado exento de polémica. En redes sociales como X circularon en las últimas horas videos y fotografías de años pasados en los que manifestaba apoyo a Morales e incluso respaldaba su reelección, lo que ha generado debates sobre su giro ideológico. Mientras algunos lo celebran como un candidato de derecha capaz de derrotar al masismo, otros lo acusan de oportunismo.
La fórmula de Paz por el Partido Demócrata Cristiano (PDC) la completa Edman Lara, excapitán de la Policía conocido por sus denuncias de corrupción en la institución y que, según analistas, ha aportado gran parte del voto popular y antisistema que explica el inesperado resultado del domingo.
El panorama boliviano
El contexto en el que emerge Paz es complejo: Bolivia enfrenta escasez de dólares y combustibles, una inflación interanual cercana al 25% y el desencanto de la ciudadanía con el MAS, que gobernó durante dos décadas bajo Morales y Luis Arce. Las urnas confirmaron esa percepción, mientras figuras tradicionales como Samuel Doria Medina quedaron relegadas.
Ahora, Paz y Quiroga disputarán la contienda electoral el próximo 19 de octubre en un duelo inédito de derechas. Ambos han prometido estabilidad, gobernabilidad y un cambio económico frente al modelo que dominó el país en los últimos 20 años. La incógnita es si Paz logrará sostener el impulso que lo llevó a dar la sorpresa y si su pasado con Morales será un lastre o un puente para construir consensos en una Bolivia cansada de la polarización.