En su segundo día de diligencias, el juicio contra el expolicía Derek Chauvin, acusado de asesinar al afroamericano George Floyd, se caldeó con la declaración de varios testigos de su muerte.
“Él (Chauvin) solo nos miraba. Tenía una mirada fría, sin corazón. No le importábamos. Parecía que no le importaba lo que estábamos diciendo y no cambiaba nada de lo que él estaba haciendo”, afirmó ayer Darnella Frazier, la joven que grabó el video del suceso que se hizo viral y en el que se ve cómo Chauvin hincó la rodilla en el cuello de Floyd, el 25 de mayo de 2020 en Mineápolis (Minesota, EE.UU.).
Frazier, quien en aquel momento era menor de edad y ahora tiene 18 años, aseguró que el acusado fue presionando su rodilla “más fuerte” conforme avanzaba el tiempo.
Antes de la joven habló Donald Williams, considerado “testigo crucial” al haber sido profesional en artes marciales mixtas y agente de seguridad, y conocer técnicas de inmovilización y estrangulamiento, sobre lo cual fue interrogado.
“Llamé a la Policía para denunciar a policías (...), porque creo que fui testigo de un asesinato y sentí la necesidad de llamar”, le dijo al fiscal de Minesota, Matthew Frank.
El testigo apuntó que primero intentó razonar con los agentes presentes en la escena del crimen, cuando vio cómo Chauvin presionaba la rodilla sobre el cuello de Floyd, pero como no le hicieron caso, llamó al 911.
En esa llamada, que fue reproducida en el juicio, se puede oír a Williams diciéndole a un operador que un oficial estaba “tratando de matar a un ciudadano” frente a la tienda Cup Foods, en la esquina en la que Floyd pereció.
Estas dos comparecencias caldearon el ambiente dentro de la sala, ya que tanto la Fiscalía como la defensa de Chauvin pidieron al juez que no constara en acta una decena de preguntas de ambos, tras ser formuladas o tras la respuesta de los testigos, mientras que el magistrado tuvo que parar en varias ocasiones la audiencia para hablar en privado con ambas partes.
Los abogados del expolicía buscaban convencer al jurado de que los agentes presentes -Chauvin, Tou Thao, Thomas Lane y J.A. Keung- se sintieron “amenazados” cuando los transeúntes les “increparon”, en el momento en que el acusado estaba sobre Floyd.
La defensa también expuso otras posibles causas de la muerte del detenido, como una enfermedad cardiaca y el uso de medicamentos (ver el recuadro).
El expolicía Chauvin está acusado de los cargos de asesinato en segundo grado, penado con hasta 40 años de cárcel; asesinato en tercer grado, con una condena máxima de 25 años; y homicidio en segundo grado, que acarrea hasta 10 años de privación de libertad.
Sin embargo, como no tiene antecedentes penales, solo podría ser condenado a un máximo de 12,5 años de prisión por los primeros dos cargos y a cuatro años de cárcel por el tercero, según el sistema jurídico estadounidense.
Este proceso judicial ha atraído una gran expectación mediática ya que la muerte de Floyd provocó el estallido de protestas raciales a lo largo y ancho de Estados Unidos, que pusieron contra las cuerdas al Gobierno del entonces presidente Donald Trump.
Fuera del Centro Gubernamental del condado de Hennepin, donde se desarrolla el juicio, la situación era tranquila ayer en las calles, lejos de los disturbios de 2020