Tras una reñida contienda electoral que tuvo al mundo entero con el corazón en la mano, el candidato republicano Donald Trump se impuso sobre su principal rival, la demócrata Hillary Clinton, y ganó este martes la presidencia de los Estados Unidos.
Con más de 270 votos electorales y una ligera diferencia de menos de dos puntos porcentuales respecto a Clinton -en cuanto a la votación popular-, Trump llegó a la Casa Blanca en contra de todos los pronósticos, pues la mayoría de encuestas mostraban a la candidata demócrata como la más opcionada para estar a la cabeza del país norteamericano.
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A pesar de que los expertos preveían que el voto latino sería decisivo en estas elecciones -las declaraciones de Trump contra los mexicanos lo hicieron perder adeptos en la comunidad hispana-, el estado de Florida votó por el partido Republicano, con una corta diferencia de poco más de 100.000 votos.
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Ohio, Wisconsin y Iowa fueron otros de los estados “púrpura” o “bisagra” que se decidieron finalmente por Trump, aunque en las últimas elecciones presidenciales votaron por el candidato demócrata y actual presidente de Estados Unidos, Barack Obama.
En Carolina del Norte, un estado crucial a la hora de determinar el nuevo inquilino de la Casa Blanca, Trump ganó por más de cinco porcentuales respecto a Hillary Clinton. El republicano también se impuso en estados decisivos como Georgia y Pensilvania. En este último, el partido conservador no ganaba las elecciones presidenciales desde 1988.
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La candidata demócrata, por su parte, obtuvo una votación nada despreciable: más de 50 millones de estadounidenses, el 47,2 % de los votantes, eligieron a Clinton como su opción para la presidencia.
Además, la demócrata se impuso en 3 de los estados indecisos: Colorado, Virginia y Nevada, donde el 28,1 % de la población es latina.
Mucho antes de que se conocieran los resultados, la candidata demócrata mostraba un semblante pesimista a través de sus redes sociales. “Pase lo que pase esta noche, gracias por todos”, tuiteó Clinton a sus seguidores.
Después, cuando se conoció el triunfo definitivo de Trump, un portavoz de la candidata demócrata anunció que Clinton no hablaría esta noche para agradecer a su electorado. En cambio, la Clinton sí se comunicó telefónicamente con el nuevo presidente para reconocer su derrota.
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Y es que el triunfo del Partido Republicano no solo se limitó a la Casa Blanca: los políticos conservadores también se impusieron como mayoría en el Congreso, tanto en el Senado como en la Cámara de Representantes.
Desde el hotel Hilton en Manhattan, en pleno corazón de Nueva York, Donald Trump agradeció a sus electores y aseguró que al hablar con Clinton por teléfono, la felicitó “por una campaña muy peleada”. “Hillary ha trabajado muy duro, durante mucho tiempo, y le debemos gratitud por su servicio a nuestro país”, dijo el presidente electo de Estados Unidos.
En su discurso, Trump llamó a la unión de los distintos partidos y movimientos independientes y prometió que en su gobierno trabajará por “renovar el sueño americano”.
“Como lo he dicho desde el comienzo, la nuestra no fue una campaña, sino más bien un increíble movimiento formado por mujeres y hombres trabajadores que quieren un gran país, para ellos y para su familia”, afirmó el republicano.
Trump prometió reconstruir la infraestructura del país, mejorar los cascos urbanos, cuidar a los veteranos de guerra y “poner a millones de nuestra gente a trabajar”. “Debemos recuperar el destino de nuestro país y soñar en grande y ser atrevidos. Tenemos que hacerlo”.
¿Quién votó por quién?
Según las encuestas de salida, que hacen a los votantes después de acudir a las urnas, las mujeres de todo el país se expresaron mayoritariamente por Hillary Clinton, mientras que los hombres se inclinaron hacia Donald Trump.
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En cuanto a las diferencias raciales, que en las últimas elecciones han sido determinantes en el resultado de la contienda, más de la mitad de los blancos votaron por el candidato republicano, mientras que nueve de cada 10 negros y el 60 por ciento de los latinos respaldaron a Clinton.