Sobre desiertos chinos avanza la construcción de 250 nuevos silos para el lanzamiento de misiles nucleares por parte del gobierno de Xi Jinping. Eso revelaron las investigaciones de la Federación de Científicos Estadounidenses y del Centro James Martin de Estudios de No Proliferación, las cuales hablan de dos campos identificados cerca de los poblados de Yumen y Hami, China.
La reacción ante este descubrimiento que está acompañado a través de imágenes satelitales no se hizo esperar por parte de Estados Unidos. Marty Meiners, portavoz del Departamento de Estado, dijo a finales de julio que el Pentágono calcula “que la capacidad nuclear de China se duplicará a lo largo de la próxima década”, y que esta aceleración es algo “preocupante”.
Por el momento, el gobierno chino no se ha pronunciado al respecto. En su carrera nuclear, el presidente Xi Jinping solo hizo oficial el pasado 19 de mayo un acuerdo con Vladimir Putin pero en materia energética, con la construcción de dos plantas.
Este diario habló con varios internacionalistas sobre si los silos representan una alarma o no en seguridad y geopolítica. Karen Garzón-Shedek, directora de Relaciones Internacionales de la Universidad Internacional SEK, de Ecuador, dijo que “el principal preocupado debe ser China”.
En diálogo con EL COLOMBIANO explicó que la capacidad y el impacto nuclear de los asiáticos es “irrisoria comparada a la de EE.UU. o Rusia, ya que se sitúa en unas 350 cabezas nucleares según la misma Federación. EE.UU. y Rusia operan, cada una, con más de 4.000 cabezas”. La internacionalista Lina Luna añadió que China “está lejos de impactar nuclearmente a Estados Unidos, pues ellos tienen una estrategia de protección no ofensiva”.
Por su lado, Alejandro Bohórquez, profesor del Externado, dijo que “esto no se trata de una nueva guerra, pero es una competencia entre potencias en la que China quiere aprovechar que Estados Unidos ha perdido credibilidad”.
En lo que respecta al ámbito nuclear, un episodio de desconfianza hacia Estados Unidos fue recordado por el docente investigador de esa misma universidad, David Castrillón: “Pacto Irán y Estados Unidos, ese es el caso perfecto que contó con un acompañamiento de la Unión Europea y de la ONU, y del que en 2018 Estados Unidos, con Donald Trump, se salió”.
Por el momento, para temas de seguridad con China, el último plan anunciado por la administración de Joe Biden es la medida de “teléfono rojo”, la cual permitiría comunicación permanente entre Pekín y Washington. Para Castrillón, la idea no es un gran avance, pues “China quiere más profundidad y consistencia, en lugar de herramientas para temas urgentes”.