Los dos mayores grupos yihadistas del mundo, el Estado Islámico y Al Qaeda, publicaron este martes sendos comunicados en los que animan a sus seguidores a vengarse por el doble atentado del pasado viernes contra mezquitas de Nueva Zelanda, que causaron 50 muertos.
La organización Al Qaeda prometió vengarse por las víctimas de Nueva Zelanda, y ordenó también a los “lobos solitarios” yihadistas que atenten contra los líderes de “la derecha extremista de los cruzados y toda persona que haya mostrado apología a esa operación cobarde”, en un comunicado emitido por su brazo mediático Al Andalus.
Además, afirmó que este atentado demuestra “la realidad que varios intentan esconder: la batalla con el Occidente cruzado es religiosa”, y que los “cristianos” (en referencia a los países occidentales) lanzan desde hace siglos una guerra de cruzadas contra los musulmanes, su religión y su potencial”.
Por otra parte, el portavoz del grupo terrorista Estado Islámico (EI), Abu Hasán al Muhayir, consideró en una cinta emitida por los foros del grupo que el atentado de Nueva Zelanda es un primer paso hacia una “miseria” que van a sufrir los musulmanes que optaron por vivir entre los “infieles”.
El atentado de Nueva Zelanda fue atribuido por las autoridades a Brenton Tarrant, un australiano de 28 años que no estaba bajo vigilancia policial y cuyas acciones obligaron a elevar la alerta de seguridad. Tarrant retransmitió durante 17 minutos el ataque y poco antes del suceso publicó un manifiesto de 74 páginas, que difundieron algunas redes sociales, lleno de invectivas contra los musulmanes y en el que se define como “racista” y “fascista”.