Rigoberto Urán y el documental que lo reseña ‘Con ojos de ciclista’

El antioqueño, que tiene 36 años y está en la prelista de su equipo para el Giro-2023, es protagonista en un documental que narra los hitos del ciclismo colombiano.

El ciclista antioqueño Rigoberto Urán fue el primer colombiano que logró quedar entre los tres primeros en la historia del Giro de Italia. En la edición de 2013 terminó en el segundo lugar, actuación que repitió en 2014, cuando ganó su compatriota Nairo Quintana. FOTO GETTY

Brandon Martínez González

01 de mayo de 2023

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2016

fue el año en que Rigo firmó con el Education First, su actual equipo en el circuito UCI.

Muchas personas piensan que los ojos de los ciclistas están acostumbrados a ver paisajes, a disfrutar las montañas o las ciudades antiguas, históricas, por las que pasan durante las competencias en las que participan.

Pero no es así. La mayoría de las veces los ojos de estos deportistas no miran más que sus piernas haciendo el movimiento sincrónico de pedalear, las estrechas carreteras por las que andan a velocidades que superan los 80 kilómetros por hora, o un grupo grande de ciclas que los rodean en medio del pelotón.

“Bonito, hermoso. Lástima que había muchas nubes y no lo pude ver. Tengo que volver esta semana”, dijo, con el tono jocoso que lo caracteriza, el ciclista antioqueño Rigoberto Urán en una entrevista posterior al final de una etapa de la Vuelta España 2022 en la que le preguntaron por el paisaje montañoso por el que pasó durante el recorrido.

Pero los ojos del corredor en bicicleta incluso pueden ser miopes porque, como dijo el exciclista antioqueño Santiago Botero en el lanzamiento del documental ‘Con Ojos de Ciclista’ –que produjo Caracol Televisión y es un homenaje a los grandes hitos del ciclismo nacional– cuando un pedalista está cerca de cruzar la meta su vista se nubla por el cansancio, por el esfuerzo casi sobrehumano que hace para terminar una etapa.

Por eso es casi un pecado que los ojos del ciclista traten de ver cuando están en una competencia de la élite como, por decir algo, los Juegos Olímpicos. Más si tienen la meta al frente y la cabeza se gira para atrás, buscando saber qué tan lejos está el rival.

En ese movimiento se puede perder la medalla de oro y empezar una lucha desesperada, sin fruto, por alcanzar a quien ahora está adelante, como le paso a Rigo en Londres 2012 con el kazajo Aleksandr Vinokúrov.

“Esa medalla (plata) fue especial. El recorrido era plano. Nosotros fuimos a participar, pero no teníamos cómo ganar sobre la mesa. Pero en una carrera de un día puede pasar de todo. A falta de 10 kilómetros estábamos en un grupo de 25 corredores. Me fui adelante y miraba para atrás pensando en que nos iban a alcanzar, pero nada. Cuando estaba llegando a la meta tuve un error: mirar para atrás. Ahí perdí la medalla de oro”, dijo Rigoberto en el documental.

De esa situación nació la frase “Rigo es como Miss Colombia: siempre queda segundo”, del escritor inglés Matt Rendel, una de las personas que más sabe de la historia del ciclismo colombiano.

Y no le falta razón al británico porque los mejores resultados de la carrera profesional del antioqueño han sido los segundos puestos que obtuvo en la clasificación general de los giros de Italia de 2013, 2014 y del Tour de Francia de 2017. Todas las veces el triunfo se le escapó de las manos sin que Urán pudiera ver cómo.

Así pasó en la ronda italiana de 2014, cuando el nacido en Urrao lideraba la general, pero Nairo Quintana ganó una etapa confusa que llevó a que, al final de la carrera, el boyacense se quedara con el trofeo Senza Fine, que le dan al campeón del Giro. “No sé cómo hijueputas nos pasó”, aseguró entre risas Rigoberto.

El muchacho de los ojos tímidos

Hoy es difícil pensar que Rigoberto Urán, el hombre chistoso que con su personalidad se metió en el corazón de muchos colombianos y es un ciclista consagrado, una figura pública que ha convertido su nombre en una marca, en un negocio exitoso, alguna vez fue un muchacho tímido.

Pero lo fue. Las circunstancias de la vida lo llevaron a mantenerse callado durante algunos meses, guardando el dolor grande, intenso, que sintió cuando tenía 14 años y un grupo paramilitar mató a Rigoberto de Jesús Urán –su papá– un día que salió a montar bicicleta por las carreteras del suroeste antioqueño.

Rigo era un joven que estaba experimentando los cambios físicos de la pubertad, pero que por la violencia tuvo que asumir el rol del hombre de la casa. Ahí empezó a vender chances, loterías, para ayudar a su familia y no perder la casa en la que vivían, que estaba hipotecada.

También fue en esa época cuando, con los ojos tímidos de una adolescente, empezó a ver en el ciclismo una posibilidad de vida y “se puso serio”. Por eso corrió en una bicicleta roja –que alguna vez un tío suyo tuvo arrumada y su papá mandó a arreglar– en una competencia que hicieron en Urrao. Ganó e impresionó a todo el mundo.

Cambió su vida

El entrenador José Laverde lo fichó para el Club de Bicicletas Urrao. Después lo llevó a Medellín a un clasificatorio para la Vuelta Colombia. El joven Rigo tuvo una buena presentación. El equipo Orgullo Paisa se quedó con sus servicios y ahí empezaron una seguidilla de victorias que convirtieron al antioqueño en la gran promesa del ciclismo colombiano.

Se quedó con la medalla de oro en las siete competencias en las que participó en los Juegos Nacionales de 2005 que se hicieron en Pereira. También se quedó con cinco preseas doradas en el Panamericano de ciclismo de ese año.

Después de eso se fue para Italia. Llegó al equipo Tenax. Su paso por esa escuadra fue exitoso, aunque sufrió algunos accidentes. Después pasó a formar parte de las filas del Unibet.com; luego al Caisse d’Epargne (que con el tiempo se convirtió en el Movistar Team).

Después de estar dos años en ese equipo, dio el salto que cambió su vida: llegó al Team Sky. Primero lo contrataron para ser gregario. Pero con sus buenas presentaciones demostró que podía ser el líder del equipo, la persona para la que el resto de la cuadrilla trabaja.

Eso fue lo que llevó a que en el Giro de Italia de 2013, después de que Bradley Wiggins sufriera una caída, los compañeros del antioqueño terminaran ayudándolo para quedarse con el segundo puesto de la competencia. En 2014, cuando todo el mundo ya había visto lo que era capaz de hacer, se fue para el Quick Step como capo, líder, la persona que tenía toda la libertad para pelear el campeonato en las carreras de tres semanas.

Después dio otro paso en su carrera y firmó con el entonces Cannondale (hoy llamado Education First) en 2016. Con ese equipo aún se mantiene y se convirtió en el hombre que hoy conocemos: una persona jocosa, un padre cariñoso que tiene 36 años, un ciclista incansable.

Esta versión de Rigo, que con el paso de los años aprendió que el ciclismo no se trata de ver paisajes, sino de poner los ojos, así sean desenfocados, en cruzar la meta, se está alistando para correr el primer gran reto de esta temporada: el Giro de Italia 2023. Esta vez sus ojos de ciclistas esperan poder disfrutar más el camino, y por qué no, volverse a meter en el podio.

Los otros ciclistas del documental

El documental ‘Con ojos de ciclista’ de Caracol Televisión cuenta, a partir de la voz de sus protagonistas, algunos hitos que marcaron la historia del ciclismo colombiano. El primero de ellos es el título mundial que consiguió el ciclista antioqueño Martín Emilio ‘Cochise’ Rodríguez en la prueba de 4.000 metros persecución individual en el campeonato que se realizó en 1971 en Varese, Italia. La siguiente gesta fue el título que consiguió Santiago Botero al ganar la contrarreloj individual en el Campeonato Mundial de Ruta de 2002. Sigue la luchada medalla de bronce de María Luisa Calle en Atenas 2004, los subcampeonatos de Rigo, el Giro de Italia que ganó Nairo Quintana en 2014 y la Vuelta a España de 2016, mientras que los últimos fueron el Tour de Francia de 2019 y el Giro de 2021 que ganó Egan Bernal.