Personas como Alfonso Villamil confirman que efectivamente los ángeles existen y son reales. Este bogotano se preparó toda su vida para dedicarse a mejorar la salud de la niñez.
Se graduó de médico en la Universidad Javeriana de Bogotá y después buscó otros horizontes en el exterior para desarrollar su admirable labor.
Una meta que según él se resume en "pelear con una enfermedad que año tras año apaga la luz en la vida de los niños: el cáncer". Ha cumplido a cabalidad su misión y asegura que no claudicará.
Con un grupo de médicos a los que convenció para que se unieran a su causa, fundó una clínica en la ciudad de Corpus Cristi (Texas, E.U.) donde atiende a niños no sólo de ese país sino también a quienes viajan de todas partes del mundo en busca de sus servicios.
Este buen samaritano dice que su convicción por ayudar a los demás nació del "deseo de triunfar de todos los que recorremos este camino lejos de casa". Una muestra de que el sueño americano es posible para los colombianos preparados y de buen corazón.
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