Líderes de la Unión Europea respaldaron este viernes un paquete de estímulo económico de 200.000 millones de euros (264.300 millones de dólares) para combatir la recesión en los 27 países de la región, en momentos en que nuevas estadísticas mostraron la profundidad de la crisis.
El primer ministro británico Gordon Brown indicó que la UE aprobó unánimemente gastar "1,55 por ciento del producto interno bruto o alrededor de 200.000 millones de euros" para frenar la caída del crecimiento, que causaría desempleo en toda la región. "No vamos a quedarnos de brazos cruzados y dejar que la recesión siga su curso", señaló viernes en una cumbre de la UE.
Varios países europeos están cayendo en la recesión, y las 15 naciones del euro ya han sufrido dos trimestres de crecimiento negativo.
Los últimos tres meses del año no se ven mucho mejor, de acuerdo con cifras publicadas el viernes por Eurostat, la agencia de estadísticas de la UE.
El desplome de la demanda interna y en el exterior lastraron las cifras de producción industrial de octubre en la zona del euro, haciéndolas caer 5,3 por ciento en comparación con el año previo, la caída más fuerte en lo que va de año, luego de un decrecimiento de 2,7 por ciento en septiembre. La UE en general sufrió una baja de 5 por ciento.
Estos datos subrayan la urgencia del plan de recuperación aprobado el viernes, que da a cada nación ciertas libertades sobre la forma en que estimular el crecimiento.
Brown afirmó que ello significa que el acuerdo de la UE no interfiere con los planes británicos para reanimar su economía.
El premier señaló que la política fiscal británica para la crisis había sido reivindicada y que los líderes del bloque coincidieron en que los presupuestos deben apoyar la política monetaria.
El ministro de Finanzas de Alemania ha criticado severamente a Gran Bretaña, diciendo que era burdo y poco astuto cargar de deudas a la siguiente generación, por tratar de estimular el crecimiento con recortes de los impuestos a la venta.
Pero el proyecto de declaración de la UE establece además límites a lo que cada país puede hacer, diciendo que los enormes subsidios estatales tenían que ser a corto plazo y dirigidos para limitar los problemas de competencia que favorecerían a una industria o una parte del bloque por encima de rivales en otras partes de Europa.
Los líderes sostuvieron que los fabricantes de autos y constructores son los sectores más necesitados, pues los consumidores se están absteniendo de compras voluminosas como nuevos automóviles y viviendas.